El Consejo de Piltover había escuchado de una niña de Zaun con gran belleza e inteligencia, ella tenía un potencial que les podría favorecer, por lo que le ofrecen un trato a la ciudad Subterránea: su independencia a cambio de ella.
Aunque ellos tuvieron que tomarse algún tiempo porque les dijeron que debían de tomarse algunas fotos, sin duda eran para uso promocional.
Primeros les tomaron una agarrados de la mano mirando a la cámara con una sonrisa, en la cual Jinx tuvo que poner algo de esfuerzo.
- Bien, ahora miren al otro con esa felicidad. - Y así lo hicieron, Jayce la miró con una amplia sonrisa mostrando sus blancos dientes, mientras que la niña tenía una pequeña sonrisa algo tímida. La cual nadie trató de corregir porque les pareció un gesto bastante adorable.
- Bien, ahora Señor Talis, necesito que tome a su esposa en brazos y la mire con adoración. - El hombre hizo caso a lo que dijo el fotógrafo y cargó a Jinx en sus brazos estilo princesa mirándola con una sonrisa intensa. La foto fue tomada y los hicieron volver a mirar a la cámara con una sonrisa.
Los hicieron cambiar de posición y ahora Jayce la sostenía haciéndole un pequeño asiento con su antebrazo, y ella puso uno de sus brazos en su cuello, mientras que el otro tomaba la mano de su ahora esposo.
Tras tomar esa foto, pidió que ahora el Consejo se uniera a ellos. Y se pusieron a los lados del matrimonio.
Y una foto más con la madre de Jayce.
Cuando el banquete dio inicio, al igual que en la cena de compromiso, ambos estaban en la mesa rectangular al frente y al centro de aquel salón.
Las personas no paraban de felicitarlos e idolatrarlos por su matrimonio.
Ella quedó sorprendida al ver aquel pastel en forma de castillo, era tan ostentoso como bonito. Aunque a este punto no le extrañaba si también derrochaban dinero y extravagancia en eso. Se le pasó por la cabeza que podría alimentar a todo Zaun.
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- Si, yo también quedé impresionado cuando lo vi. - Dijo una voz familiar a sus espaldas. Ella se volteó para ver que se trataba de Viktor.
- Hola Viktor. - Dijo ella en un tono neutral.
- Escuché lo que les dijiste al consejo. Y la verdad, estuvo bien. Jamás había visto al profesor Heimerdinger poner esa cara, ni mucho menos a los Kiramman. - Le dijo dándole a la niña una leve sonrisa.
- Somos de Zaun, se supone que no debemos de confiar en los Pilties. - Le respondió simplemente la peliazul. - Ellos me arrastraron a esto, así que no esperen que sea sumisa.
Llegó la hora del baile y Jayce la tomó suavemente de la cintura y la hizo poner sus pies sobre sus zapatos para que él pudiese guiarla en aquel baile.
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-Bien, es aquí. Tú nuevo hogar.- Dijo el hombre una vez ambos bajaron del vehículo, ella veía bastante sorprendida la ostentosa y lujosa Mansión que coincidía con el estilo de aquellos Pilties.
