¿Sabían que cuando dicen "ser salado y el resto es cuento", es verdad?. Bueno... la broma en realidad dice "10 es nota y el resto es lujo", pero tú sabes la verdad por delante. En fin, dejando de hablar chácharas...
Hola vale, me llamo María Villalo...
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f & t
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📍 10 de noviembre de 2018 | Los Ángeles, USA
María P.O.V.:
Apreté el nudo del lazo y luego le pasé el paquete envuelto a Evaluna, quien terminaba de hacer lo mismo y lo colocaba al lado de este.
Mientras todos, estaban en su tarea asignada a mi mandaron a sentarme ajuro con Evaluna (la más responsable de todos nosotros en esta casa) a envolver regalos de navidad que eran para el mes siguiente, pero yo lo que andaba era preocupada por esa gente que estaba en la cocina.
Si vieron la fecha del inicio, probablemente se den una idea de lo importante que es para mi.
Es el cumpleaños de Fabiola, lógico que va a ser importante.
—Y listo—tamborileé con mis dedos la última caja que terminé de decorar y la morena, puso todo en orden sonriéndo al ver que las tarjetas con los nombres de los respectivos individuos quedaron bien—¿Ahora qué hacemos?
—Esperar.
—¿Qué? ¡No!—exclamé con un tono lastimoso, porque de verdad yo no quería esperar tenía que ver que hacían los otros locos de remate en la cocina. Ahorita le quemaron un paño de cocina a mi mamá, listo me joden—Tenemos que asegurar que la comida salga perfecta.
—Valentina.
—¿Qué? Es el cumpleaños de mi hermana, tiene que ser hermoso.
Ella se rió, negándo con su cabeza mientras jugaba con su anillo de compromiso con su pulgar, rodandolo en su dedo—Eres un caso especial.
—Al igual que tú—hice un mueca de asqueo, al ver a Santiago agacharse al lado de su novia quién le sonrió ampliamente y él de regreso. Son tan lindos que me da ganas de vomitar arcoíris. Pasó un mechón de su cabello largo y oscuro hacía detrás de su oreja—¿En qué puedo ayudarles?
—En irte—mencione cortando la nota y él se rié, mientras Evaluna se ríe entre dientres—¿Cómo van con la cocina?
—No hemos quemado nada—contestó tranquilo, sonriendo inocentemente hacía mi y entrecerré mis ojos hacía su dirección—No me veas así niña, sabes que no quemaré tu cocina otra vez. Además ese fue Luis.
