Advertencias: HyunLix/LixJin como pareja principal. Angst, drama, fluff y parejas secundarias (SeungBin y MinSung). Cosas oscuras.
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Pero en ese momento sólo vio que su día estaba horrible, que tenía que dar un discurso con la camisa manchada, que se había quemado el pecho, y no pudo reaccionar de otra forma, aunque eso no fuera un justificativo para intimidar a un pobre estudiante nuevo que no tuvo la culpa de nada.
—Me conseguí otra camiseta, Hyunjin oppa —dijo Eunbi, entrando al camarín de los hombres con esa mirada de reproche todavía—, tienes suerte de que Seungminnie no haya cambiado la clave de su casillero.
Hyunjin asintió, distraído, tomando la camisa entre sus manos, y suspiró con cansancio otra vez.
—Vamos, dilo —murmuró Hyunjin, con pesar.
Eunbi se sentó a su lado, aunque no hizo amago de consolarlo.
—Te he dicho miles de veces que no te lleves por tu rabia, Hyunjin —regañó, con tono serio—. Imagina si lo hubieras golpeado, ¿qué imagen es esa? —la chica le tomó la mano—. Eres un buen chico, eres inteligente y gracioso, pero Hyunjinnie, ponerte así sólo por un accidente...
—Sé que lo arruiné —admitió Hyunjin—, pero... pero no fue adrede, no pude controlarlo y no sabía qué hacer...
La media hermana mayor de Seungmin asintió, acariciándole el cabello.
—Vas a tener que pedirle perdón un millón de veces —dijo ella.
—Lo sé, pero...
Hyunjin no sabía cómo explicarle a Eunbi que ese chico no sólo le causó incomodidad, sino que también su expresión, sus ojos enormes, profundos y oscuros, enviaron una ola de electricidad por todo su cuerpo que lo alteraba un montón.
Qué había algo extraño en él y no quería tenerlo cerca suyo.
Pero Eunbi se molestaría, más aún porque al parecer Seungmin era amigo de ese chico, y aunque Seungmin y Eunbi no se llevaran bien, ella lo iba a cuidar igual a su forma.
El timbre de receso tocó, por lo que ambos se pusieron de pie, y Hyunjin comenzó a quitarse la manchada camisa mientras Eunbi recogía sus cosas.
—Nos vemos en el discurso —le dijo ella, dándole un beso en la mejilla.
Hyunjin asintió, distraído, observando a la chica salir cuando un rostro conocido se asomaba.
—Hola y adiós, Minho oppa —dijo Eunbi, cruzando la puerta.
Minho le hizo un gesto vago de reconocimiento, entrando con el ceño algo arrugado por el sueño.
—Tu novia siempre rescatándote —se burló Minho.
Hyunjin asintió con expresión de pena.
—¿Crees que lo arruiné? —preguntó Hyunjin, más apenado porque sentía como si hubiera roto algo, como siempre solía ocurrir.
