Después de decir estas palabras, giró su vista hacia el frente y se quedó viendo el cielo estrellado. Tenía el corazón herido, no lo podía negar pero le había prometido a su emperador que se comportaria como la emperatriz que era.

...........

Los pasillos del Palacio Central se encontraban iluminados por elegantes linternas rojas, los sirvientes y doncellas que usualmente se encontraban allí, se habían retirado. Solo un eunuco escoltaba al joven emperador hacia la habitación nupcial donde ya estaba esperando por el su ahora esposo.

Su túnica negra se agitaba debido a la suave brisa dejando ver aquel torso desnudo y marcado. La larga cola de caballo se movía como péndulo y el aroma a fresco que emanaba aquel cuerpo luego de un reparador baño era notable.

Wang Yibo se había preparado para pasar su primera noche junto a su esposo. Como era costumbre, el emperador y su pareja debían prepararse por separados para luego encontrarse en la habitación nupcial.

El emperador siempre era el último en llegar por lo que quien debía pasar la noche a su lado tendría que esperar pacientemente por su llegada.

Ante la entrada de los aposentos un silencioso y serio alfa esperaba, su postura era firme y su mirada aguda e intimidante. Wang Yibo sonrió irónicamente al ver al alfa persa allí, casualmente a su mente llegaron recuerdos de lo que fue su primer encuentro.

- Emperador.- Shaham se quedó viéndolo.

- ¡Insolente!.- El eunuco le gritó.- Debes arrodillarte ante tu emperador.

- ¿Quién lo dice?.- El alfa persa arqueo una ceja.

- ¡Haré que te azoten por irreverente!.- El eunuco estaba alterado.

- ¿Quién me va a azotar? ¿Tu?.- Sus ojos claros brillaron al mismo tiempo un intimidante gruñido se escuchaba detrás de la máscara anti mordida.

- Majestad, debemos hacer algo con este rebelde. Debe saber respetar a su amo.

- Mi único amo está ahí dentro.- El alfa movió levemente su cabeza.- Es la única persona que me puede castigar y la única persona por la que me arrodillare.- Dirigió su mirada hacia Yibo quien sonrió.

- ¡Tu!.- El eunuco tembló de la ira.

- Suficiente.- El emperador lo interrumpió.- Deja de formar escándalos.- Se giró hacia el eunuco.- Él tiene razón, su único amo está ahí dentro.

- ¿Ah?.- El eunuco se quedó boquiabierto.

- Esta persona aquí no es un esclavo por lo que espero que no lo traten como tal.- Se giró y le sonrió a al alfa persa.- Es la persona de mi esposo, es alguien a quien estima mucho y su hombre de confianza.

- Entiendo.- El eunuco hizo una reverencia.

- Ahora no estamos en Liang y esos son mis aposentos.- Yibo dibujó media sonrisa.- Aún así haré la pregunta...¿Puedo pasar?.- Esto provocó que el eunuco soltara un suspiro ahogado debido a la sorpresa.

- Su majestad lo está esperando.-El alfa persa se hizo a un lado y bajó levemente su cabeza en señal de respeto, haciendo que el eunuco se tambaleara.

El eunuco conocía muy bien al emperador Wang, había estado a su lado desde su niñez, sabía que tenía un corazón cálido pero también tenía mano dura. Para él fue un tanto chocante ver en la forma en la que manejó a aquel alfa rebelde.

No podía negar que se sintió un tanto nervioso ante la actitud del alfa persa y por la reacción de su emperador. Eran dos alfas claramente fuertes y cuando dos especímenes como éstos chocaban, cosas no muy buenas sucedían pero extrañamente aquella noche pasó algo inesperado y sorprendente.

Yizhan.Where stories live. Discover now