—¡Hola!
Fubuki se giró para ver de quién se trataba, pero en realidad, con tan sólo escuchar esa voz supo a la perfección quién era. Aunque, esperaba que un milagro sucediese y sólo se tratase de una mala jugada de su borrachera.
El milagro no sucedió, ya que, al frente de él, justo ante sus incrédulos ojos se encontraba su ex, el mismísimo Ryuugo Someoka en persona, con una sonrisa de oreja a oreja, un vaso plástico rojo en mano, un leve sonrojo a base del alcohol adornando sus mejillas, usando de esas típicas camisetas blancas sin mangas que tan bien le ceñían y le destacaban el torso, con una camisa manga corta abierta en tono crema encima y con unos pantalones de vestir algo formales en la tela de una tonalidad marrón verdosa.
El protagonista, de inmediato, ante su presencia, que era la última que deseaba ver aquella noche, puso los ojos en blanco, antes de volver a girarse y apoyarse en la pared, con la esperanza de que el más alto entendiese el mensaje y ya no le hablase más en todo ese tiempo. Una desgracia que eso no fue lo que sucedió.
—¡No esperaba verte aquí!—Le dijo, con entusiasmo.
—Ehh....—Se giró lentamente, para observarlo serio.—¿Porqué me estás hablando...?
—¡Ay! ¡No seas agua fiestas!—Se rió de él.—¡Diviértete un poco!
Ahora el más bajo lo observó mejor, analizándolo de pies a cabeza con extremo detenimiento. Si bien, las cosas entre ellos se habían calmado, ¡no lo habían hecho hasta el punto de que volviesen a hablarse con tanta tranquilidad! ¡O dirigirse la palabra si quiera! Por lo cual, sin dudas algo raro debía de sucederle al más alto, y el protagonista lo pudo reconocer de inmediato.
Estaba borracho, y bastante, pero no sólo eso. ¡Ni el alcohol más potente podría borrar el enojo que el otro le tenía! ¡Y muy bien merecido! A decir verdad.
Someoka, por algún motivo, estaba de buenas, y tan de buenas estaba que no sólo se había animado a hablarle, sino que también a hacerlo como si nada.
—Me estoy divirtiendo mucho, gracias por tu preocupación.—Le dijo, de manera cortante, pretendiendo acabar la conversación ahí.
—¿Y tus amigos?—Lo cuestionó confundido, mirando a sus alrededores.
—No vinieron.
—¡¿Saliste solo?!—Preguntó impactado.
—Si, ¿por?—Dijo irritado.
—¡O sea..! ¡Puedes hacer lo que te dé la gana! Pero me sorprende que ninguno te haya acompañado.
—Es que bueno, no saben que estoy aquí.—Miró hacia un lado, algo incómodo.
—¡¿No?! ¿Y eso porqué?
—O sea, quizás ya lo asumieron, pero yo no les dije que iba a salir, ¡ni mucho menos dónde!
—¿Y eso porqué?—Y se apoyó también contra la pared, acercando el vaso a sus labios y mordiendo levemente el borde.
—¡Porque su actitud me tiene harto! ¡Sólo eso! Quería salir solo y ya. Creo que es válido, ¿no?
—Bueno si, ¡siempre y cuando te cuides!—Y se volvió a reír más fuerte, antes de darle un juguetón empujón al otro, el cual, terminó siendo más fuerte de lo que planeó, desconcertándolo bastante.
—¿Y tú? ¿Qué hay de tus amigos?—Se atrevió a preguntarte, sobándose el hombro.
—Ah, eso....—Se rascó la nuca nervioso.
—¿También saliste solo?
—¡No! ¡No! O sea si, ¡pero no!—Respondió con cierta complicación.—Se supone que íbamos a salir todos juntos como siempre, quedamos en juntarnos ya aquí, pero cuando llegué y los llamé para preguntarles dónde estaban o en cuánto llegaban me dijeron "¡Oh, lo sentimos Someoka! ¡Esa fiesta va a estar muy aburrida! ¡Así que decidimos ir a otra! ¡Perdón por no avisarte antes!". Y bueno, cuando me mandaron la ubicación de la otra fiesta, me di cuenta de que es a la puta mierda de lejos. ¡Tengo dinero para un Uber! ¡Pero no tanto! Así que decidí quedarme aquí un rato, y bueno, buscar alguna cara conocida a la cual apegarme toda la noche, ¡y tú has sido el único hasta ahora!
—Pues con esa situación te digo que al parecer no la estás pasando muy mal que digamos.
—¿Porqué lo dices?
Fubuki, para aclarar su punto, se inclinó un poco, enfocándose así en el interior de su vaso ya casi vacío.
—¡Ah eso!—Se rió.—¡Sé que está "mal" emborracharse en casa ajena y con extraños! ¡Pero no es mi primera fiesta! ¡Así que supongo que estaré bien!
—Bueno, si tú lo dices...
—¡Además! ¡Tú estás aquí! ¡Por si algo pasa!—Le sonrió, de una manera un tanto boba.
—¡Uy! ¡El alcohol te está haciendo delirar al parecer!—Soltó, con actitud negativa.
—¡Ay! ¡Que malo!—Reclamó entre risas.—¡Pensé que me ayudarías como en los viejos tiempos!
—Dios mío....—Suspiró, de manera pesada, pasándose una mano por la frente. Eso era último que necesitaba esa noche.
—¡Oh! ¡Ya es tu turno para usar el baño! ¿No?
YOU ARE READING
ℂ𝕦𝕥𝕖 𝕓𝕠𝕪
FanfictionSomeoka no podía llegar a comprender porqué no podía dejar de observar a aquel chico de cabellos plateados cuando este hablaba con los demás. Incluso si no estuviera haciendo nada en lo absoluto no podía sacarle los ojos de encima. Al verlo sonreír...
57: Why'd You Only Call Me When You're High?
Start from the beginning
