57: Why'd You Only Call Me When You're High?

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//Trigger warning//

Este capítulo trata en cierta parte temas de salud mental grave, llegando a cierto punto culmine y demás. Junto con temas relacionados al alcoholismo dentro de un entorno familiar. Si bien, no suceden, sólo se cuentan en una conversación, estos son narrados explícitamente, por lo cual, se recomienda discreción y compresión, junto también a la posibilidad de saltarse esa parte de la conversación si así es más cómodo y menos doloroso.
Ahora si, que comience el capítulo.



































Ya habían pasado 2 semanas desde los eventos del festival cultural. Y, a pesar de que las peripecias y el arranque de ira de cierto rubio hubiesen mandado a dos chicos prácticamente directo al hospital y, a uno de estos, con necesidad de permanecer hospitalizado por un par de días en observación de complicaciones, la realidad actual era que todo se había tranquilizado bastante en ese último tiempo.
Claro, nada de lo anterior estuvo bien, pero ya no había nada más que exprimir del tema, ni tampoco había sucedido algo de relevancia en las últimas semanas, por lo cual, absolutamente todos dejaron el drama pasar. Incluso los ajenos a todo esto, que sólo se enteraban de la cosas por medio de rumores dejaron de hablar del tema. Realmente se había vuelto irrelevante para la mayoría.
Él único sorprendentemente que aún seguía consternado era Midorikawa, pero esto se debía a que tenía más problemas de los cuales preocuparse.
Si bien, antes de la pelea del día del festival ya estaba algo alejado de su novio, ahora lo estaban aún más. ¡Ni a principio de año había existido tanta distancia entre ellos! Y esto no era a causa de que el peli verde hubiese explotado con él, diciéndole todas sus verdades, no, no. Dicho alejamiento venía exclusivamente de Hiroto, quien, no sólo ya no iba a fiestas y en su lugar iba a reuniones con los jóvenes de su agrupación todos los días, sino que también lo hacía desde que acababa el entrenamiento diario. Por lo cual, ya casi nadie lo veía fuera de la escuela. ¡Hasta era sorprendente que tuviera tiempo para hacer todas sus tareas!

Esta distancia de parte del pelirrojo no sólo era con su pareja, sino que también con todos sus amigos, aunque claro, con estos dicho aspecto ya se veía venir, pero eso no quitaba lo cuestionable que era que se desapareciera así como así, sin importarle ni saber en lo absoluto lo que hacían con sus vidas.
Ese era el caso actual, precisamente en esos momentos.

Fubuki, ya un viernes por la noche, se hallaba en una fiesta, la rutina clásica para un fin de semana. Pero, lo raro aquí era que pareciese como si estuviera solo, aún estando rodeado de tantas personas en la sala de esa gran casa ajena, ¡prácticamente una mansión!
No parecía hacer nada raro a primera vista, bebiendo y observando a las personas bailar desde una desolada esquina, con su top corto, de manga corta y de tela ligera, pareciendo más bien un chaleco abierto sin botones o cierre alguno, teniendo que unirlo al centro con un pequeño broche plateado, para no exhibirse demasiado, lleno de lentejuelas negras sobre la tela oscura. Usaba también unos pantalones altos, sueltos y rectos, de la misma tela y diseño que la prenda superior, siendo un conjunto acompañado de unas simples zapatillas negras para no desentonar.
El chiquillo en sí parecía bien, de hecho, mucho más prolijo, ordenado y digno en apariencia general que a comparación de hace unas semanas, pero, lo verdaderamente preocupante aquí era que ninguno de sus amigos, o si quiera, conocidos parecían andar por allí, o aunque sea, en el mismo sitio.

De repente, el protagonista quiso ir al baño, y aunque no fuesen unas ganas enfermizas y desesperadas se orinar, decidió dirigirse rápidamente al primer cuarto de baño que encontrase, con la esperanza de que no estuviese tan lleno. Esperanza que se vió masacrada al ver la puerta cerrada con una larga fila a un costado, provocando que este soltase un pesado suspiro antes de colocarse detrás de la última persona, apoyando el hombro en la pared.
Pudo sentir como otro individuo llegó a sus espaldas, formándose también, pero como estaba muy concentrado en sus intenciones de ir al baño, muy poca importancia le dio al extraño. Claro, hasta que habló.

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