Dulce Tentación ➳ ChanBaek

01

Y era el único que podía hacer que HaNeul comiera sus vegetales e hiciera su tarea, entonces había ganado la lotería al contratarlo.

Así que, miró a HaNeul, luego a BaekHyun y devolvió su mirada a su hija hasta que el doncel abrió su boca al entender de qué iba todo eso. Sintió su sonrojo extenderse rápidamente en sus mejillas, para luego guiar su vista a una confundida HaNeul que no entendía por qué los dos se habían callado y la miraban insistentemente.

Le gustaba la atención, pero como que esto le daba una sensación rara.

—Linda, ve a tu cuarto a ver un poco de caricaturas —le pidió BaekHyun a la niña que asintió para luego darle un beso en su mejilla a modo de despedida, y al segundo procedió a hacer la misma acción con su madre.

Ambos volvieron a respirar con normalidad cuando la figura infantil despareció de su campo de visión.

—Ahora sí. —BaekHyun puso sus codos sobre sus muslos y su barbilla en sus manos—. Puedes hablar.

—¡No sabes lo que pasó! —chilló extasiada, parecía que no podía aguantarlo más. BaekHyun rio al verla así de emocionada—. Conseguí a un hombre, se llama Park ChanYeol, tiene muchísimo dinero y está muy interesado en verme —Movió sus hombros emocionada, BaekHyun supo que la verdadera emoción estaba en el dinero de ese pobre incauto, no en un nuevo romance—. Es un pez gordo, realmente lo es y lo quiero para mí.

El menor hizo una mueca torcida al oírla.

No es que BaekHyun la juzgara por sus acciones, después de todo SeoHyun sigue siendo una mujer bella y muy joven, aún en sus veinticinco años lucía realmente bien, aparentaba estar apenas en sus veinte, incluso menos. Ella se había embarazado a los diecinueve de alguien que casi le doblaba la edad, pero con solvencia económica, demasiada, un hombre importante: Choi YunSu, a quien BaekHyun solo vio unas cuantas veces. Este tipo le daba una generosísima pensión a SeoHyun, literalmente no tenía que trabajar si no quería y SeoHyun no lo hacía, pero ella quería más y también algo diversión como cualquier mujer joven de su edad, pero no estaba dispuesta a hacerse cargo de sus amantes de turno, más bien, buscaba que ellos pudieran costear su estilo de vida y no estaba mal, porque, era su vida y mala madre no era.

Aunque si se lo preguntan, BaekHyun no creía que ese fuera un buen ambiente para la pequeña HaNeul, quien no tenía idea de lo que hacía su madre en esos días que desaparecía por completo, pero para eso él estaba ahí, para que la pequeña se divirtiera y no sintiera tanto la ausencia de su madre, tampoco para que hiciera preguntas que llegarían a ser un tanto incómodas. Sin embargo, eso no sería para siempre, a medida que HaNeul fuera creciendo se daría cuenta de ciertas cosas y BaekHyun no creía que eso fuera bueno en muchos sentidos cuando la pequeña atara cabos, pero quería creer que en algún momento SeoHyun dejaría esas cosas antes de que eso sucediera y quedaría en el olvido.

A pesar de esos pensamientos que de vez en cuando tenía, SeoHyun no era una mala madre, por supuesto que no. Ella amaba mucho a su hija, la engreía y la escuchaba, solo que no estaba pegada a ella todo el día y no se encargaba de que cumpliera sus deberes, porque ambas eran dos almas libres y algo rebeldes. De hecho, si BaekHyun no tenía un ojo sobre ellas, las dos terminaban viendo Netflix, mientras comían una pizza durante todo el día y no hacían nada.

Sí, él es la autoridad en esa lujosa mansión.

BaekHyun suponía que por eso y más es que algo recibe un buen sueldo, así que no tenía quejas, no realmente. Si las cosas fueran diferentes, él no tendría ni tiempo para bañarse y eso era mucho. Les estaba por demás agradecido. No contaba a la señora MinHee, esa mujer siempre estaba de compras o con sus amigas en un bar, pero eso era lo mejor para él. La madre de SeoHyun era un dolor de cabeza, más si lo veía a él, juraría que la mujer lo trataba como si hubiera insultado a su madre o algo así. A ella jamás le agradó su persona desde que prácticamente lo vio y no la comprendía, jamás le hizo algo que pudiera ser en su contra.