Capítulo III: O sea, ¿somos ricos?

4.9K 360 332
                                    

Coloquen su presente por aquí, o no podrán leer:

(si veo mucho apoyo, subire un maraton :0)

Blake

¿Qué?

Es lo único que mi cerebro repite.

—Pero... ¿por qué?— fue lo único que pude decir, ya que no me lo esperaba.

—Fácil.

No digo nada y él vuelve a hablar.

—Supongo que recuerdas a Ambar.— Asiento en silencio para que siga hablando.— Bien, ella fue mi esposa, o bueno, lo sigue siendo porque tiene unos papeles de matrimonio los cuales son falsos, y puede usar en mi contra. El punto es que quiero que ella y su familia me dejen tranquilo, y por eso te bese frente a ella para que crea que eres mi esposa.

>> Mi plan es aprovechar que te bese delante de ella para que crea que eres mi esposa, y que como ella ya lo sabe hacer como si tuvimos que hacer nuestra relación pública.

—O sea, ¿me vas a dar todos esos beneficios solo por fingir ser tu esposa?

—Exactamente.

—¿Por cuanto tiempo sera esto?

—Pues hasta que se lo crea.

—No se que decir la verdad. Esto es demasiado confuso.

—No tienes que sentirte presionada, ni mucho menos obligada. Es tu decisión.

—Pero... Después de todo, ¿qué pasará con mi trabajo? Porque supongo que cuando todo acabe dejaras de darme esos beneficios.

Si supiera que mi misión principal es enamorarla.

—No te preocupes por eso, cuando todo acabe tendrás tu trabajo de vuelta.

Si es que acaba.

—Entonces... Si así será, acepto.

—Me alegra que hayas dicho que si.—dice con una sonrisa.— Entonces, ¿puedes pasar por aquí el lunes a las nueve a.m. para firmar el contrato y planear como va a ser todo.

Asiento pensando en si estuve bien en aceptar esto. Cuando ve que no voy a decir nada más vuelve a hablar.

—Bueno, creo que es hora de que buscar a tu hermano, ¿quieres que te acompañe?

—Eh, si usted quiere, no me molesta.

—Ya no me llames de usted Blake, voy a ser tu futuro esposo, es raro que me llames así.

—Es la costumbre.— digo apenada.

—Ya te acostumbras. Pero bueno, vamos a buscar a tu hermano.—dice mientras se para. Así que me levanto yo tambien.

Bajamos hacia el parqueo subterráneo mientras me cuenta su historia con Ambar.

—¿Y ella siempre es así? O sea, si cada cierto tiempo te busca para que vuelvas con ella.

—Lamentablemente si.

—¿Y nunca has pensado en que tal vez ella viene cada cierto tiempo a pedirte dinero para dárselo a su novio?

—¿Ella tiene novio?

—Bueno, una vez la vi agarrada de la mano con un chico, y escuche que dijo un plan y tu nombre.

—Tal vez sea así, pero no le voy a dar una oportunidad.

—Tampoco es como que deberías.—Digo mientras lo veo manejar.

¿Mi jefe o mi esposo?Where stories live. Discover now