Chico bonito.

92 16 1
                                    

La siguiente vez que Jason ve a Stray luego de su cita nocturna hace dos semanas, él estaba sentado en un techo de un edificio abandonado en Crime Alley. Tenía una cámara colgando del cuello y balanceaba sus pies sobre la cornisa.

Jason había querido asustarlo, así que se acercó en silencio, pero antes de poder tocarlo o hacer algún sonido que llegara a asustarlo, Stray se dio la vuelta sonriendo.

Claramente sabía que él estaba ahí.

Jason recuerda esa noche muy bien. Stray le había preguntado cómo estaba y comenzaron una conversación más cómoda y natural que la primera vez que se vieron. Stray incluso le permitió usar su cámara y le enseño como usarla, hasta se habían sacado fotos juntos, incluso si Jason no quería hacerlo al principio, estaba algo sucio y tenía tiempo que no tomaba una ducha. A Stray no le importo.

Una hora y media más tarde más o menos, fueron al puesto de comida callejera de la vez anterior y Stray nuevamente lo acompañó a lo que quedaba de su departamento, se quedó a su lado hasta que se durmió y sintió otra vez un beso en su frente.

Jason no quería acostumbrarse a Stray, porque tarde o temprano, el ladrón ya no volvería a prestarle atención, pero es difícil cuando luego de tanto tiempo, recibe alguna muestra de cariño tan familiar, que le recuerda a Catherine cuando no estaba drogada o borracha.

Stray comenzó a visitarlo con más frecuencia que antes. Pasaban el tiempo juntos, iban a cenar y luego Stray dejaba a Jason en casa antes de irse.

A Jason le fue inevitable preguntarse como vivía Stray su día a día. El chico claramente tenía mucho dinero, era un ladrón después de todo, pero aún así tenía curiosidad como era su día normal sin la máscara. ¿Donde estudiaba? ¿Cuál era su verdadero nombre? ¿Por qué pasaba tiempo con él en vez de estar con sus amigos o ir a robar algún museo?

Dos meses después de las visitas constantes de Stray, el ladrón desapareció.

Jason sabía que tarde o temprano eso pasaría, que Stray se cansaría y ya no volvería. Jason respeto su decisión y no lo busco, tampoco sabe por dónde comenzar a buscar, así que simplemente decidió regresar a su antiguo estilo de vida sin esa sonrisa bonita y la calidez que le brindaba.

Tres meses después de que Stray no volvió a mostrar rastro de presencia alguno, Jason decidió que era buena idea robar las llantas del Batimóvil, pero no esperaba que Batman lo atrapará con las manos en la masa.

Lo que sucedió a continuación por exactamente un mes, Jason lo tiene bastante borroso, fue demasiado para él, así que simplemente se concentro en recordar que fue adoptado por Batman, por Bruce Wayne, el playboy multimillonario de Gotham.

Ahora Jason tenía un techo, una cama suave y comida. Al principio se negó un poco a esto, pensó que Bruce solo lo adoptó para que todos vean lo humilde y buena persona que es Bruce Wayne. Al pasar las semanas, la relación entre ambos comenzó a tener forma y solidez. Jason ya se había acostumbrado a Bruce y Alfred, pero aún así siempre tenía una mochila con provisiones en caso de que decidieran echarlo a la calle de nuevo.

Y Jason hubiera preferido que lo echarán a la calle.

A ocho meses de haber sido adoptado por Bruce, lo presentaría en una gala y Jason está a punto de ahorcarse con la corbata tonta.

El traje era incómodo para él y prefería que Bruce utilizará el dinero que gasto en está cosa en algo que realmente ayude a quienes lo necesitan.

Jason observa su cuerpo por última vez en el espejo, había ganado bastante peso y músculo desde que vivía en Wayne Manor, de hecho, había pegado su estirón de crecimiento, cuando quiera darse cuenta, será igual de alto que Bruce o Alfred.

Pretty bird.Where stories live. Discover now