- Pero se ibas a marchar. Me iba a dejar atrás.

- Le había hecho una promesa a mi Emperatriz.- Suspiró mientras recostada su frente en el hombro del omega.- Le prometi que por nada del mundo tendría un harén.

- Entonces...- Trago con pezades.- ¿Quiere decir que esta es una despedida?

Wang Yibo pudo notar la inquietud y tristeza en el rostro del omega. Aquel joven que se había mostrado fuerte y aguerrido desde un principio ante sus ojos, ahora parecía alguien frágil y temeroso.

Sintió calidez en su corazón al ver a aquel omega. Se dio cuenta que este a pesar de ser quien era y de su altivez, también tenía su lado débil y vulnerable.

- ¿Crees que después de esto seré capaz de ignorar quién eres y lo que representas para mí?

- ¿Me llevara con usted?.- Sonrió suavemente.

- ¿Estaría bien para tí? Eres un general. El mejor de tu reino, único en tu especie. ¿Sería justo para ti convertirte en mi concubino?

- No voy a ser su concubino.- Acuno el rostro del alfa entre sus manos.- Seré su esposo.

- ¿Sabes que ya hay una Emperatriz?.- Sonrió.

- Lo sé.- Asintió.- Y yo seré su súbdito.

- ¿Que pasa si la relación entre ustedes no es buena?

- Cómo le dije, seré su súbdito. La respetaré como mi Emperatriz y su primera esposa. Incluso puedo protegerla, lo único que me importa es que usted me tenga en su corazón. Ya sea que ella me acepte o no, eso no me importa.

- Eso se escuchó muy irreverente de tu parte.- Arqueo una ceja mientras sonreía.

- Solo quiero decirle algo.

- Te escucho.

- Acepté que usted es mi destinado. Acepté que me gusta y que lo quiero como mi esposo. Espero que acepte el hecho de que yo no pienso cambiar. Seguiré siendo el mismo de siempre.

- A mi no me interés que cambies.- Desajusto suavemente la túnica del omega.- Quiero que sigas siendo el mismo de siempre.- La deslizó suavemente dejando al desnudo el hombro del pelinegro.-  Mañana partiré, me iré primero.- Fue dejando besos en el blanco hombro.- Luego voy a enviar una comitiva con mi guardia personal para recogerte. Haré que ingreses por la gran puerta del palacio...- Se detuvo en la clavícula del omega y susurró.- Cómo mi esposo, mi omega...mi compañero.

Una vez terminó de decir estas palabras, abrió sus labios y encajó sus dientes en la blanca clavícula provocando que el omega gimiera y enterrara sus largos dedos en la amplia espalda al sentir como los filosos dientes tras pasaban su carne.

Aquella noche, bajo la luz de la luna, el alfa reclamó como suyo al omega, dejando su marca en él.

...........

- ¡Finalmente el emperador regresa!.- La joven doncella gritó de la emoción.

- Necesitamos preparar todo para su bienvenida.- La emperatriz sonreía con emoción.

- Creo que la emperatriz podrá usar finalmente las sales de baño que su madre le obsequio.- La madre de la emperatriz habló en broma.

- Madre, por favor.- Se sonrojó.

- Tu esposo regresa a casa así que debes darle una buena bienvenida.

- Y se la daré.- Sonrió.- Le haré recordar los buenos momentos que siempre hemos vivido juntos.

- Es una lástima que ya no puedas procrear.- Suspiró.- Hubiera sido el momento perfecto para intentar traer a otro príncipe.

- Tu solo piensas en eso madre.- Rodó los ojos.- Con nuestra pequeña peonia es más que suficiente. MuDa es amado tanto por su padre como por mí.

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora