042

159 30 2
                                    

Jihoon.

Mi cable no será instalado hasta la próxima semana. Mis ojos duelen de tanto leer, y quizás también de tanto llorar. Finalmente hice un trato por un auto con el resto de mi prestamo estudiantil, pero hasta que consiga un trabajo, no puedo permitirme realmente la gasolina. Mejor encuentro un trabajo pronto, porque estoy bastante seguro que he novelizado cuán genial es vivir solo. Estoy tentado a tratar de conseguir de nuevo mi trabajo en la biblioteca, incluso si tengo que rogar. Sólo necesito algo para mantenerme ocupado.

Estoy. Jodidamente. Aburrido.

Tan aburrido que estoy mirando mis manos, contando las cosas tan fortuitas que ni siquiera tienen suficiente sentido como para ser contadas.

Uno: El número de personas que está constantemente en mi mente= Hyunsuk.

Dos: El número de personas que desearía que contrajeran una enfermedad de trasmisión sexual= Junkyu y Mashiho.

Tres: El número de meses desde que rompí con mi mentiroso, infiel y bastardo ex novio.

Cuatro: El número de veces que Yedam ha golpeado mi puerta en los últimos treinta segundos.

Seis: El número de días desde la última vez que vi a Hyunsuk

Siete: El número de pasos entre mi sofá y la puerta principal.

Abro la puerta y Yedam ni siquiera espera a que lo invite a entrar. Me sonríe y pasa, llevando dos bolsas blancas en sus manos.

—Traje tacos —dice. —Pasaba por alli de camino a casa desde el trabajo, y pensé que podrías querer uno. —Pone las bolsas en la encimera de mi cocina, luego camina hacia el sofa y se desploma en él.

Cierro la puerta y lo enfrento.

—Gracias por los tacos, pero, ¿cómo sé que no me estás jugando una broma? ¿Qué has hecho, cambiar la carne por tabaco?

Yedam levanta la mirada hacia mi y me sonríe, impresionado.

—Ahora, esa es una idea genial para una broma, Jihoon. Creo que finalmente comienzas a entenderlo.

Me río, sentándome junto a él.

—Claro, ahora que no tengo ningún compañero al que hacerle bromas.

Suelta una carcajada y palmea mi rodilla.

—Doyoung no sale del trabajo hasta medianoche. ¿Quieres ir a ver una película?

Mi cabeza se hunde en el respaldar del sofà casi tan rápido como mi corazón lo hace en mi estómago. Odio sentirme como si sólo estuviera aquí porque siente lástima por mi. La última cosa que quiero es ser la preocupación de alguien.

—Yedam, no tienes que seguir viniendo para comprobarme cada día. Sé que estás tratando de ser agradable, pero estoy bien.

Se mueve en el sillón para mirarme de frente.

—No vengo porque siento lástima por ti, Jihoon. Eres mi amigo. Extraño tenerte en el departamento. Y podría venir porque me siento un poco arrepentido por la forma en que te traté la noche en que Yoshi fue hospitalizado.

Asiento. —Si. Te comportaste como un idiota esa noche.

—Lo sé. —Se ríe. —No te preocupes. Hyunsuk no me lo ha dejado olvidar.

Hyunsuk.

Dios, incluso escuchar su nombre duele.

Yedam se da cuenta de su desliz cuando ve el cambio en mi expresión.

—Mierda. Lo siento.

Presiono las palmas en el sofa y me levanto, queriendo escapar de la incomodidad de nuestra conversación. En realidad. no es un tema del que necesite estar hablando de todas formas.

𝗳𝗶𝗻𝗲 › sukhoon Where stories live. Discover now