Yo tenía ganas de gritarte, de explicarte lo que me pedías pero el silencio era necesario.
¿Cómo ibas a escucharme?
El ruido de tus preocupaciones no te está dejando verme.
Mis palabras llegan a ti, pero no haces más que cuestionarte si soy yo o tu mente.
Y es que mientras tú me pienses yo voy a hablarte desde ahí.
No soy cómplice del miedo, ni busco confundirte. Pero a veces el silencio es necesario para que haya distancia entre el ruido de tus quejas y mi voz.
Para que distingas el sonido de tus excusas y las melodías de mi amor.
Hago silencio para mostrarte quien soy, y entonces descubras quién eres.
-Dios
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Cartas de Dios II
SpiritualCartas de Aquel quién es la nostalgia del otoño, el abrazo cálido en invierno, el consejo, la sabiduría, el proverbio eterno, el suspiro entre las lágrimas, el sol cuando sale con fuerza, la calma de los que se cansan... quién es todo eso y más, per...