—No soy una bambina, Salvatore.

—A veces me demuestras lo contrario, cara. Ahora, debo irme. Cuídate mucho.

Buona fortuna, Salva. Y, per favore, procura que no le pase nada a mi prometido.

—Emma, Leone es el jodido Don de la mafia italiana. —Dijo acercándose a mí y dándome un beso en la frente—. Ha matado a mucha gente. Le han intentado matar desde hace más de diez años, y nunca lo han conseguido. Está bien y estará bien. No te preocupes por él. En cuanto pueda, te llamará.

—Así que voy a casarme con un asesino, eh... —Salva rió ante mi ocurrencia, al igual que yo—. Le echo mucho de menos... —Dije bajando la mirada al suelo. Las manos de Salva se colocaron en mis mejillas y me hicieron levantar la mirada. Escuché la puerta de entrada abrirse y supe que mi madre estaba en el umbral, mirando la escena.

Non ti preoccupare. Volverá aquí contigo. Te lo prometió.

Asentí y me dejó sola en la calle, no sin antes darme otro beso en la frente. Por un segundo, me di cuenta de lo amable y protector que era Salva conmigo. La sola idea de que, quizás, esos ojos azules que me transmitían seguridad pudieran sentir algo por mí pasó por mi mente, pero lo deseché al instante. Salva era el mejor amigo de Leone, mi futuro marido. Mi guardaespaldas. Sigue las órdenes de Leone. Nada más.

El motor del Land Rover que solía utilizar Salvatore retumbó en toda la calle. Me puse delante de la ventana del copiloto para decirle adiós. Bajó la ventanilla, y así decirme sus últimas palabras antes de irse.

Ciao, Emma. Nos vemos en unos días.

Ciao, Salva. Cuídate mucho.

Salvatore pisó al acelerador y salió de allí como alma que llevaba el diablo. Quizás tenía mucha prisa. Quizás había algo que yo no sabía, algo que no querían contarme. Quizás Leone estaba en peligro. Quizás había pasado algo con los hombres de Leone y estaba desprotegido. Quizás mi futuro marido... ya estaba muerto.


No quería pensar más de lo necesario, pero todos los escenarios posibles se agolpaban en mi mente como si fueran una bomba. Mi madre entró varias veces a mi habitación, pero no dijo nada. Estaba preocupada, era normal. Era normal, lo único que hacía era sentarme en la cama o al lado de la venta y leer un libro. Hasta que la vigésimo quinta vez, mi madre entró y habló.

—¿Dónde está Salvatore?

—En Florencia, con Leone.

Se quedó callada. No dijo nada más y salió de la habitación, dejándome sola de nuevo. Estaba preocupada. Claro que lo estaba. Pero debía confiar en él. Tenía que confiar en él.

—¡Emma!

El grito de mi hermano me sacó de mi ensoñación. Su voz parecía alarmada y mis sospechas fueron ciertas cuando le vi en la parte baja de las escaleras, mirándome como si no supiera qué hacer. Cuando llegué hasta él, vi que tenía el mando de la televisión de la mano. Dirigí mi vista hacia el aparato encendido y vi una última hora. Un bombazo. Una exclusiva. Una noticia de lo más impactante, sobretodo para nosotros.

"La pasada noche, el famoso empresario y millonario Rafaello Sorrentino ha sido disparado en la pierna con una herida de unos cuatro centímetros de profundidad. Le acompañaba el también famoso dueño de los hoteles Caruso's, Leone Caruso, el cual hemos descubierto que está a punto de casarse nada más y nada menos que con la hija mayor de su socio herido."

Me dejé caer en el sofá. Sabía que algo ocurría, sabía que Salvatore no me lo había contado todo. No se podía haber ido por las buenas, así sin más. Había algo, y era esto. Leone estaba en peligro, era algo obvio. Rafaello herido. Mi padre era un mafioso, igual que Leone. Ahora lo recuerdo todo. En el secuestro, Leone me cuidó. Papá fue a buscarme, a salvarme. Y después se marchó. Nos abandonó. Pero... ¿y si lo hizo por nuestro bien? Mamma me dijo que sus últimas palabras fueron que no sentía lo mismo por ella, que no nos quería. Esa idea estuvo presente en mi mente todos estos años. Pero... ¿era realmente verdad? ¿Y si lo hizo para no meternos en el mundo de la mafia? ¿Y si mintió a mamá para no involucrarnos? ¿Y si... me equivoqué con él? Y lo que es peor, ¿y si mamma lo sabe?

LEONE CARUSO ©Место, где живут истории. Откройте их для себя