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"Nadie me dijo que aquí se sentiría muy solitario, que el dejar mi humanidad tuviera ese precio... Nunca, pero nunca vamos a tener a los humanos satisfechos, ellos siempre quieren más y más, el trabajo de un dios es muy cansado..."

El día iniciaba desde muy temprano para Henín Glz, quien se preparaba a tomar el metro en dirección a un arduo día como estudiante universitaria.

Los días en la facultad, pasaban muy lento. Pero sin duda era una estudiante brillante en su clase, no era muy popular, pero tenía grandes amigos con los cuales se divertía y hacía más amena su vida de estudiante.

—Oye guapa, ¿Esperaste mucho por mi? Si fue así, lo siento— comentó un pelinegro.

—No, tengo al menos unos 5 minutos Pablo.

—¿Dónde está Darían?

—Me envió un mensaje que pronto llega a la cafetería, debemos esperarlo.

—Mira ahí viene, junto a Esteban.

Henín miraba con atención al chico que venía junto a su amigo Darían, desde el primer año que entró, se enamoró de él desde el primer día que le vio, siempre lo seguía y miraba a lo lejos, es el chico más guapo y dentro de los más populares de la universidad.

No sabía si fue obra de un dios o del destino, pero el que viniese a reunirse a la cafetería con ella y su grupo de amigos es una excelente oportunidad para poder comunicarse con él. Lo cual le ponía muy contenta sería la primera vez que podría hablarle y tenerlo tan de cerca.

—Hola chicos, les presento a Esteban García, él será el protagonista de mi cortometraje, recuerden que es mi proyecto final de semestre y los necesito a todos ustedes para filmar todo, es por eso que los he reunido.

—Mucho gusto chicos— guiñó su ojo y con grandeza alzo su mano y saludo— espero que esté proyecto sea todo un éxito.

—Bien, ahora nos pondremos de acuerdo para ver las locaciones, tengo una escena de una fiesta. Tendremos que hacernos de una...—en eso Darían fue interrumpido por Esteban.

—Mañana viernes, fiesta en mi fraternidad, sin problemas, todos vengan y en especial tu nena— señaló a Henín y está se ruborizó.

—Perfecto, podemos hacernos de unas escenas ahí, también está el parque de la colina cerca, les daré unas libretas y debemos conseguir toda la utilería.

—Me aburren estás cosas, a mí solo díganme que debo hacer y listo, me tengo que ir, mañana los espero en mi fiesta, adiós.

En eso el rubio airoso, se fue y Henín no dejaba de mirarlo, y los demás chicos comenzaba a discutir si era una buena idea tenerlo en su cortometraje.

—Oye nena, cuidado con esos ojos, casi se van junto a él—dijo burlón Pablo.

—Ya no me digas nada, es vergonzoso Pablo— mencionó la chica tímidamente.

—Es un idiota, pero lo necesitamos antes de que se niegue a participar, aprovechemos a filmar todo lo que se pueda en esa fiesta, pero... Henín ¿estás dispuesta a tener una escena de un beso con él?— comentó preocupado Darían.

—A mi no me engañas corazón, bien que te mueres por un beso de él, desde el primer día estás enamorada de ese hombre—dijo Pablo, mientras se limaba sus uñas.

—Yo... No tengo problema con ello—dijo algo insegura.

—Si algo no está resultando bien durante la filmación, me dices y lo detenemos, venga vamos a juntar la utilería para mañana.

Después de clases y estar el resto del día buscando las cosas que utilizarían para el rodaje, el grupo de amigos termino exhausto.

Decidieron ir a una cafetería a tomar unas bebidas calientes para mitigar el frío invernal y conversar amenamente las situaciones de su día estudiantil.

La Sociedad del JazmínWhere stories live. Discover now