Ama nuestra historia.

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-¡Boo! ¿Te asusté?- la pequeña Lindsay congenió bastante bien con quién cree que es su nueva tía, desde aquel día en el juzgando ambas juegan cada vez que pueden pasando el rato juntas de miles de maneras diferentes.

-Todavía no cariño, aún es muy temprano para que intentes asustar a la gente.

-Pero es divertido, antes la tía Lucy solo jugaba conmigo pero ahora tú también, es mejor asustar con más personas.

-¡Lo mismo digo cariño! Por cierto ¿En dónde está Leni?

-Mamá está trabajando, la tía Luan y Leonore me dijeron que podía venir para ayudar.

-Y lo agradezco muchísimo cariño ¿Ahora por qué no vas a tomar un jugo del refrigerador? También puedes llevar uno para tu prima.

-Me despido ¡Por un jugo!- la pequeña salió corriendo en dirección a la cocina deseando un pequeño y delicioso aperitivo.

¿Qué está pasando? La respuesta es fácil ¡Trabajo en el hogar! Haiku junto a Lincoln, Benny y Luan han estado arreglando el departamento de Haiku para poner cómodos a sus nuevos "roomies" quienes esperan con ansias esta nueva etapa... O eso querría Haiku pues Lincoln todavía no confía completamente en ella para cuidar de la bebé, la ve como un peligro para ella, piensa que no tiene nada que ver con Loan a pesar de agradecerle el haber ayudado con el caso y el haber cuidado de ambos... Simplemente todavía no confía en ella, tal acción lastima el corazón de Haiku pero no podría reclamar, su pasado con él no le permite pedir más que eso, tiene todo lo que siempre quiso con él pero no de la manera en que lo había deseado, él la quiere pero no confía en ella, muy pronto tendrán que unirse ante la ley como pareja por su misma idea pero sabe que la latente alerta del posterior divorcio no es tan distante, debe de ganar el cariño y confianza tanto de Lincoln como de Loan si quiere conservar lo que ahora tiene... Una familia.

-Veo que sigues pensando- Luan tan perspicaz como siempre se da cuenta de sus pesares.

-¿Cómo lo supiste?- le pregunta Haiku sin mirarla a los ojos.

-Instinto maternal, despierta en las madres cuando es necesario ¿Quieres un té?

-Entiendo... Acepto el té, muchas gracias- una mujer servicial, atenta y muy responsable, en eso se había convertido Luan sin rastros del desastre de su juventud... O al menos no por ahora. Después de cinco minutos haciendo un té en la cocina de Haiku ambas procedieron a tomar asiento en la mesa que ahí había.

-¿Y Loan?- preguntó Haiku preocupada por la pequeña.

-Está bien dormidita en su cuarto, Leonore y Lindsay están con ella.

-¿Crees que podrían despertarla?

-No, les dije que si se mantienen en silencio iríamos con Loan al parque.

-Entiendo.

-Haiku lamento mucho que Lincoln quiera que yo cuide a Loan mientras él trabaja, por lo menos hasta que puedan darle el permiso de su permuta para llevarla al trabajo.

-Lo veo muy difícil Luan, quiere trabajar de Lunes a viernes de siete de la mañana a cuatro de la tarde, alejarse de los quirófanos dedicándose únicamente a consultas.

-Veo que estás bien enterada.

-Vamos a ser marido y mujer en papel, debo de saber lo que sucede con mi esposo y con Loan, es mi deber.

-Supongo, no es como si quisieras conservar esto- para relajar a la tensa mujer que era Haiku, Luan no hizo más que un pequeño chascarrillo sonriendo como siempre, esperaba que Haiku riera pero al ver que ella dió media vuelta bebiendo de su té mientras escondía un pequeño sonrojo sorprendió a Luan -espera ¿De verdad quieres conservar esto?

Sueños mudosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora