Soulmate (Regina Mills y Tú)

Capítulo 1-El lobo y la luna

Regina Mills POV

Hace tiempo atrás

Regina es hora de dormir-dice mi madre firmemente 

Si, madre-respondo mientras termino de peinar mi cabello

Quieres que te lea un cuento?-me pregunta mi padre

No, ya tengo 15 años, ya no quiero cuentos-le respondo, desde que soy pequeña tenemos la costumbre de leer un poco en la noche

Cierto, a veces olvido lo mucho que has crecido, mi niña-me dice mi padre melancólico 

Ya no quiero cuentos pero podemos leer algo más-digo para no verlo triste, él asiente mientras me trae un libro sobre criaturas mágicas

Te parece si leemos sobre el lobo y la Luna?-asiento-Cuenta la leyenda que hubo una vez un joven Lobo tan negro como el cielo nocturno, que a pesar de ser un valiente guerrero fue abandonado a su suerte tras recibir graves heridas. Él creía con todo su ser en los ideales de su manada, pero eran tiempos difíciles… Solo los más fuertes y aptos sobrevivirían. Reposaba junto a un pequeño lago en medio de una noche oscura, iluminada por la suave luz de la Luna llena. Su solitario corazón sufría, no por abandonar tan tempranamente este mundo, sino porque se sentía incompleto y juntando su último aliento lo elevó en un profundo y desolado aullido hacia la Dama en el cielo.
La Luna observó al cachorro, porque para ella tan antigua y sabia no era más que eso, y su lamento penetró tan profundamente dentro de su benevolente pecho que no pudo evitar derramar una única y perfecta lágrima que cayó sobre el lago. Las ondas se formaron sin cesar y resonaron por toda la pradera.
El Lobo no podía creer lo que sus ojos moribundos veían, incluso creyó que se estaba acercando a las puertas del paraíso. Una mujer pálida como su madre y de cabellos tan blancos como la nieve reposaba sobre las aguas en el centro del estanque. La onírica criatura no permaneció quieta mucho tiempo, dado que una vez tuvo control sobre su nuevo cuerpo caminó hasta el animal y lo acunó entre sus brazos antes de que la vida se le escurriese para siempre.
Cuidó al lobo con todo su cariño día y noche, alimentándolo con paciencia y abrigándolo con su cálido cuerpo cuando la temperatura bajaba. Con el tiempo el Lobo mejoró y se recuperó, naciendo en él un profundo respeto y eterna gratitud por aquella mujer tan frágil y serena.
Pero sus caminos no se separaron, una vez el Lobo estuvo sano se comprometió a dedicar su vida a protegerla tal como ella lo hizo por él. El Lobo y la Luna viajaron juntos por la región. Ella le enseñó el secreto para transformarse a voluntad en humano o en lobo, y él supo aprovechar esta habilidad para conocer ambos mundos y comprender que podía conseguir un equilibrio entre ambos y así velar por algo aun más grande
El Lobo no fue el único que aprendió algo de esta relación. En la Luna nació -aunque siempre estuvo ahí- un apasionado y desinteresado amor al ver que su cachorro se había convertido en un justo y valiente hombre. Se amaron de manera ardiente e incondicional hasta el final de sus días y aun más allá, transgrediendo las barreras del espacio y el tiempo. En toda la existencia del Universo no hubo una historia que pudiera compararse con la de ellos, el Lobo y la Luna.

Es una historia hermosa, papá-le digo, siempre he sido fanática de lo romántico

Así es, yo he escuchado una leyenda que dice que la diosa Luna se enamoró del licántropo, sin embargo al darse cuenta de que su amor era imposible decidió darle una parte de su alma a una persona, está persona estaba destinada a amar a su lobo tanto como ella lo hacía, eran almas gemelas o como coloquialmente se decía "mate"-me cuento-Ahora ya es tiempo de dormir, Regina, descansa y recuerda que pase lo que pase no vayas nunca sola al bosque de noche y menos en Luna llena, no todas las leyendas son ciertas

Que quieres decir con eso, papá?

Que en la actualidad los licantropos no son humanos, son bestias inhumanas que matan a quien se les ponga en frente, no saben controlarse, son peligrosos-me explica

No la haré, papá-él sonríe y deja un beso en mi frente para después salir de mi habitación

Nunca imaginé que pudiera ser tan infeliz a mis 24 años, me encuentro fuera del castillo, me escabulli para poder sentirme libre por un momento, no se cuánto más podré aguantar en ese infierno, tal vez no debería estar a fuera a esta hora pero no quiero regresar a la habitación, me encuentro llorando hasta que escucho unos aullidos, veo que es Luna llena y seguro todo el bosque estará lleno de licantropos, sería una buena manera de morir, si tengo suerte de encontrarme con una manada no sufriré el morir ya que lo harán rápido y tal vez me desmayé, así no sentiré más dolor

Estoy por aventarme más adentro del bosque cuando frente a mi se encuentra en pequeño lobezno, no tendrá mucho tiempo de haber nacido, a penas le está saliendo su pelo natural

Primero me gruñe, sin embargo torpemente corre hacia mi, una parte de mi espera que me muerda, sé que eso no me matará obvio pero por lo menos sacará una gota de sangre que los lobos grandes podrán oler

Me veo asombrada cuando se echa en mis pies, sin poder creerlo me siento en el pasto, el lobezno aprovecha para subirse a mis piernas como si de un animal domesticado se tratara, sus garras las entierra en mi ropa para escalar hasta la altura de mi corazón, recarga su pequeña cabeza en mi pecho y ve cerrando sus pequeños ojos, me encuentro anodadada ante su comportamiento, con cuidado me levanto para ir a un cueva que está cerca de aquí y no tan adentro de bosque, es una criatura pequeña y se que si nos encontramos con alguien que no sea de su manada lo matará, sin querer lo muevo haciendo que su cabeza deje de estar en mi pecho, gruñe como si estuviera molesto pero a mí me da ternura, seguro no tiene más de 3 meses, me disculpo aunque no pueda entenderme, me acuesto en el piso recargando lo cabeza en un tronco, el lobenzo se pega más a mi para de nuevo quedar a la altura de mi corazón, en algún momento me quedo dormida con el pequeño calor que desprende

Al despertar lo busco pero no lo encuentro, acaso todo fue un sueño o alucinación?