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- Los Ángeles, California 🇺🇲 -
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Horas después de la llamada con mi hermana, me dirigí a nuestra casa donde no tardo en sonar el timbre y al ser el único ahí tuve que ir a abrir encontrándome con mi hermana cargando a la niña entre sus brazos, la cual estaba profundamente dormida...

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Horas después de la llamada con mi hermana, me dirigí a nuestra casa donde no tardo en sonar el timbre y al ser el único ahí tuve que ir a abrir encontrándome con mi hermana cargando a la niña entre sus brazos, la cual estaba profundamente dormida y con el brazo del tal Aidan puesto entre sus hombres quién estaba somnoliento, así que rápidamente la ayude quitandolo, me lo puse de igual forma y después lo acosté en el sofá a lo que ni siquiera se quejó.

- ¿Qué pasó?.- pregunté señalándolos.

- Se escaparon, nota mental: no hay que subestimar sus inteligencias. Iré a acostarla a mi recámara.- está se fue y de repente escuché al ojiverde quejarse mientras se sentaba.

- ¿Liz?....¡¿Liz!?.- preguntó desesperado.

- Tranquilo, mi hermana subió para acostar a tu hermana para que estuviera más cómoda.

- Agh, está bien.- luego bajó mi hermana quien a toda costa ignoró a Aidan sentándose a mi lado.

- Bueno, la corporación se emocionó al saber que cumpliste tu misión, bueno, que cumplimos nuestra misión.- asintió.

- ¿Qué pasó?.- la miro fijamente.

- Pasa que casi los perdía por una grandiosa y estúpida idea.- le contestó sarcásticamente.

- Sabía que no era buena. El caso es que no quería dejar sola mi hermana.- admitió el azabache.

- Aidan...- él se levantó al escuchar la voz y ver a su hermana. Rápido se acercó para abrazarla como si no hubiera un mañana y empezar a derramar unas pocas lágrimas.

- No te vuelvas a alejar así.- soltó un último sollozo.

- Tranquilo, no te desharas tan fácilmente de mi.- le dedicó una tierna sonrisa.

- Nuevamente tenemos que ir a la corporación, alguien fue asignado para la búsqueda de lao señores Gómez.- comenté.

- ¿Te puedes llevar un rato a la niña ?.- una sonrisa se formó en mi rostro pero tuve que cortarla rápidamente.

- Claro, pequeña...- miré a Liz estirándole mi mano a lo cual la tomó.

- Qué lindo es.- alago nuestro jardín.

- ¿Verdad que?. Tiene tantos buenos recuerdos. ¿Jugamos?.- me agaché a su altura.

- ¡Sí!.- por alguna razón me recordaba a la  tierna Coral.

"¿𝙉𝙞ñ𝙚𝙧𝙖 𝙤 𝙚𝙨𝙥í𝙖?".// ᴬⁱᵈᵃⁿ ᴳ. ᴬⁿᵈ ʸᵒᵘWhere stories live. Discover now