Noto unos suaves rayos de sol acariciar mi rostro, abro los ojos algo aturdida y me doy cuenta de que estoy tapada con el chaleco con alas de Daryl y que su brazo está por encima de mi para darme calor. Me giro despacio para no despertarlo y me quedo cara a cara con mi novio, mirando y observando su rostro angelical mientras duerme, tanta paz y armonía en su rostro en este instante y tanta amargura y frustración por el día cuando está levantado arriesgando su vida por la mía y el resto del grupo.
A veces incluso siento pena por él, y no solo por él sino por todos nosotros, nos ha tocado una vida desdichada, arriesgada y con la muerte acechando en cada esquina, y nunca mejor dicho ya que en cualquier esquina puede haber un caminante esperando para pegarnos un bocado, cosa que ninguno queremos y evitamos a toda costa.
Por otro lado, siento alegría a veces, antes el mundo no valoraba nada las cosas, teníamos todo sin hacer apenas nada, sin valorarlo y ahora cada ve que conseguimos una lata de comida o un sitio donde pasar la noche es como encontrar un tesoro, es algo que valoramos incluso más de lo debido.
Tras unos pocos minutos los ojos de mi amado comienzan a abrirse y al percatarse de que le estoy mirando sonríe levemente y sus ojos se iluminan como si un ángel estuviera viendo.
-Buenos días- dice en un susurro casi inaudible.
-Buenos días- digo y le doy un casto beso.
-Ahora eres tú la que me observa ¿eh?- dice de forma graciosa y sonrío.
-Es que eres perfecto, es algo inevitable- digo y ríe flojo para que el resto no se despierte por el ruido.
-Calla y vamos a hacer la ronda- dice y acaricia mi mejilla con la mano anteriormente posada encima de mi cuerpo.
Ambos nos levantamos y nos ponemos algo de manga larga por el frescor de la mañana, cogemos nuestras armas y salimos al patio de la prisión donde el sol nos ciega unos segundos al salir ya que ya hace sol y deslumbra.
-Sienta bien esto de tener vallas y un sitio seguro- digo mientras ando a la zona de la verja con Daryl a mi lado.
-No cantes victoria aún, hay que arreglar puntos ciegos y reparar cosas- dice y bufo.
-Déjame ser feliz al menos dos minutos- digo algo molesta y ríe.
-Me encanta cuando te enfurruñas- dice y hago un puchero de broma.
Continuamos rodeando las verjas, vigilando los puntos ciegos por si hay algún problema pero nada, el sitio parece seguro, muy seguro a decir verdad.
-Oye Sam ¿tú eres feliz?- dice Daryl poniéndose delante de mi y me encojo de hombros.
-No se, supongo que sí- digo indiferente mientras ando en dirección a un banco para sentarme ya que hay unos cuantos aquí fuera.
-No se, es que antes era como no se...- dice y nos sentamos en el banco.
-La vida no es igual y la felicidad tampoco, pero se podría decir que soy feliz. Estoy acostumbrada ya a esto- digo y acaricia mi mejilla.
-Te quiero- dice y sonrío.
-Yo también- digo y le doy un casto beso.
Tras desayunar algo planificamos todo, vamos a tomar el resto de la cárcel, explorarla y todas esas cosas. Iremos Rick, Maggie, Glenn, T-Dog, Daryl, Hershel y yo. Intentamos hacer que Hershel no viniera pero no nos quiere hacer caso.
Todos llevan armadura excepto Daryl, Rick y yo ya que es algo incómodo y nos gusta el riesgo supongo. De todas formas el resto solo llevan la armadura del pecho y el resto como siempre.
ESTÁS LEYENDO
The Walking Dead, My Protector(Daryl Dixon)
FanfictionMi nombre es Samantha Swan, soy una chica de 19 años, de estatura media, delgada. Mi pelo es castaño claro, mis ojos son azules cielo y los rasgos de mi rostro son muy definidos. Mi piel es blanca pero con un toque moreno. Él es Daryl Dixon, alto, g...