Ella recordaba ese día con claridad: un día nublado con gran probabilidad de lluvia.

Aquel día se emborrachó y le suplicó a Odasaku que fuera fuerte y no dejara a Dazai solo; también recordaba claramente la respuesta de su amigo: "no voy a dejarlo solo, aún si tengo que dejar este mundo". La tranquilidad con la que se lo había dicho causó un horrible susto en la mujer, y no tuvo más remedio que ponerse a llorar.

Y, recordaba a Dazai sentado al otro lado de Odasaku, solo observando como el hielo circular en flotaba en la copa... como si supiera que no había nada que se pudiera hacer respecto a la enfermedad de su entonces pareja.

No podía evitar pensar eso, simultáneamente que aceptaba que las cosas eran diferentes ahora...

Dazai tenía a Chuya a su lado y estaba segura que ambos iban a corresponderse genuinamente sus sentimientos; estaba segura que el pelirrojo no soltaría a Dazai por un largo tiempo.

—Hasta que la muerte los separe —pensó en voz alta, mirando hacia algún punto del suelo del aeropuerto.

—¿Qué? —cuestionó Chuya, intrigado.

—A-Ah... Dios, ¿que fue lo dije? Seguramente estaba soñando despierta —rio nerviosa, colocando una mano en su nuca.

—¿Por qué dijiste eso? —más intrigado— ¿Será que te enamoraste de alguien en el barrio chino?

—¿Qué cosas estás diciendo tu, Chuya Nakahara? —fingió estar molesta— Es una frase que leí en un libro, que por cierto voy a continuar leyendo cuando me suba al avión.

—Creo que debes saber que no es muy fácil engañarme y sé claramente que dijiste algo porque estás preocupada por nosotros, ¿cierto? 

—En serio, hombre... Solo cállate y olvida lo que dije —cruzándose de brazos, miró con dirección a Dazai, quien estaba comprando el boleto de avión para ella.

Un pequeño silencio se hizo presente, eso no era lo que en realidad quería responderle al hombre que había confiado en ella con los ojos cerrados desde el primer día de su encuentro. No dudo mucho en decir lo que había en su cabeza, Akiko Yosano era una mujer fuerte que diría las cosas directamente aún si tenía que lastimar en el camino.

—Tienes razón —su voz sonaba más seria, lo que hizo pensar a Chuya que realmente estaba enojada—. Estaba pensando en ustedes dos... ¿Cuándo fue la última vez que Dazai se divirtió, o incluso yo? El año pasado esto no sucedió, el estaba ocupado con el trabajo y pase un largo tiempo arrepintiéndome de no haberme despedido.

Una sonrisa melancólica se hizo presente en su rostro y Chuya solo se dedicó a escuchar, no había nada que pudiera decir.

—Entonces recordé que esa última vez fue... hace algunos años... No quiero causar preocupaciones en ti porque tienes suficiente con estar ocupado pensando de que manera puedes hacerle cara a tus sentimientos —después de esas palabras, Akiko estiró su mano hacia el hombro de Chuya—. Solo lo  diré una vez: No lo dejes solo. Acepta tus sentimientos y confiésate como un verdadero hombre.

Las palabras de Akiko alcanzaron el corazón de Chuya, agitándolo y poniéndolo más nervioso de lo que ya estaba. 

—¿Por qué...? ¿Por qué me dices todo eso? —no apartó su mirada— Quiero decir... entiendo bien que quieres que esté con Dazai, pero si él no me corresponde, solo habré cumplido la mitad de tus palabras ¿Y que se supone que sucederá después de eso?

—Dazai no es estúpido —cruzándose de brazos—. Creo firmemente que esto terminara bien y cuando eso suceda, yo cumpliré mi parte de regresar a Yokohama y celebrar esto contigo. Chuya, creo en ti. Creo que eres un hombre maravilloso y sé también que Dazai se ha dado cuenta de eso.

Fake Lover | Soukoku - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora