2. TAE

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Estábamos en Los Ángeles para la actuación de los Emmy y para los conciertos posteriores, pero aun así conseguíamos sacar un poco de tiempo para disfrutar de actividades que le gustasen a cada uno por su cuenta, pero también teníamos tiempo para disfrutar todos juntos, lo que nos llevaba ahora.

Nos encontrábamos en uno de los restaurantes de referencia de la ciudad, la lista de espera era de un año mínimo, pero nuestro equipo había conseguido alquilar un reservado para hoy. Desde nuestro reservado se podía ver todo el skyline de la ciudad, por un lado, se podía vislumbrar el letrero de Hollywood y por el otro podíamos disfrutar del mar. Hobi y yo habíamos hablado de venir después de leer varias críticas y de ver muchas fotos del menú, además algunos amigos de los dos nos habían recomendado venir, así que al final nos decantamos a venir.

El trato al llegar fue muy bueno, la metre nos recibió y enseguida nos llevó a nuestro reservado, una vez allí y pasados unos minutos llegó la gerente quien nos presentó al jefe de sala quien sería quien se encargaría de coordinar nuestros pedidos con los camareros. A partir de ahí fue todo visto y no visto. Nosotros estábamos a nuestro rollo disfrutando de la comida y los camareros aparecían justo para llevarse platos o traerlos, o para traer bebidas.

La comida era deliciosa y cómo no teníamos planes para hacer nada más en todo el día decidimos pedir toda la carta. Al fin y al cabo, estábamos en edad de crecer y necesitábamos combustible para la semana que se avecinaba.

Eran las cuatro de la tarde cuando Hobi le pidió a la gerente si podía pedir al Chef que subiera para felicitarle. La gerente sonrió encantada y dijo que enseguida volvía.

No habían pasado ni cinco minutos cuando la gerente volvió con un tipo de unos cuarenta años. Era alto, delgaducho y a pesar de su uniforme de cocinero parecía bastante elegante. El hombre se limitó a sonreír al principio, pero cuando Namjoon comenzó a expresarle nuestras opiniones y felicitaciones, no hizo falta saber inglés para ver lo engreído que era y las pocas ganas que tenía de estar allí una vez que Namjoon le dijo lo genial que era. Pero aun así nos quedamos comiendo tranquilamente.

A media tarde aún estábamos comiendo y disfrutando de la charla, a pesar de que los platos comenzaban a menguar poco a poco. No fue hasta que Jimin y yo discutimos por el último pedazo de carpaccio que al final Jungkook dijo:

                      - ¿Por qué discutís?

                      - ¿No es evidente? Me ha robado mi último trazo de carpaccio – dije enfadado.

                     - Pues pedir más... al fin y al cabo estamos en un restaurante. No veo donde está el problema.

Como si fuese una señal de concordancia con las palabras de nuestro maknae mi estómago rugió. Hobi y Jin me miraron y dijeron:

                  - ¿De verdad?

                 - ¿Todavía tienes hambre?

                   - ¿Qué queréis que le haga? Estoy en edad de crecimiento – dije sonriendo.

                    - Por el amor de dios Tae... supongo que todos los cocineros se habrán marchado. Terminemos y ya comemos algo en otro lugar – dijo Namjoon.

                       - ¿Por qué irnos? Ya estamos en un restaurante – dijo Jimin.

                       - Exacto. Además, tenemos este reservado, podemos seguir comiendo tranquilamente – dijo Jungkook.

                       - O podemos alquilar el restaurante – dijo Jin.

                        - ¿Ya se te ha vuelto a ir la cabeza Jin? – Preguntó Yoongi.

                       - ¿A mí? Que va... ¿quién quiere pasar más rato encerrado entre cuatro paredes cuando podemos cerrar el local y comer tranquilamente disfrutando de las vistas generales? Pensarlo no es mala idea – dijo Jin.

                      - Ahora que lo dices no sería mala idea – dijo Hobi.

                      - Pero... ¿Habéis perdido los dos la cabeza? – Preguntó Namjoon.

                      - Bueno piénsalo. Hemos venido a disfrutar de este local y su menú, ahora podemos probar el de la noche – dijo Hobi.

                      - Y si reservamos el restaurante podemos disfrutarlo tranquilamente sin estar encerrados entre estos elegantes muros – añadió Jin.

                       - Definitivamente estáis locos – dijo Namjoon.

                        - Tampoco es tan mala idea – dije yo pensando en no tener que moverme para seguir comiendo.

                          - Bueno todo solucionado – dijo de la nada Yoongi.

                          - ¿El qué está solucionado? – Preguntó Namjoon.

                           - Lo del restaurante, he hablado con la gente de la compañía y con la gerente del restaurante. Está todo solucionado, podemos comer en cualquier lugar o seguir aquí. Eso sí hasta que no lleguen los cocineros no pueden hacer nada más – dijo Yoongi como si nada mientras le daba un trago a su cerveza.

                          - ¿Pero tú te has vuelto loco de remate? – Preguntó Namjoon alucinado con las declaraciones de Yoongi.

                          - Bien hecho tío – dijo Jungkook chocando el puño con Yoongi.

Como bien había dicho Yoongi un rato después llegó la gerente para decirnos que todo estaba solucionado y que los cocineros ya estaban avisados. Namjoon se encargó de decirle que no les hiciese venir antes de la hora al fin y al cabo necesitaban descansar. Este era nuestro líder, siempre cuidando de los demás y asegurándose de que todo salía según lo previsto. La gerente le dijo que mientras esperábamos podíamos pedir lo que quisiéramos del bar hasta entonces.

Jimin fue el primero en decir que una vez hubiésemos acabado lo que teníamos deberíamos bajar abajo y sentarnos en una de las mesas de abajo. Aunque nadie dijo nada, todos volvimos a comer y caer en nuestra absurda conversación de antes. 

Con dos FogonesWhere stories live. Discover now