06 | Sra. Chrisman

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***

Las clases de las señora Chrisman habían dado comienzo.
Un conjunto de jóvenes nos reunimos en la morada de esta, donde se impartían las clases de medicina.

Es una de las oportunidades que nos podemos costear, la ley de Dastownville no admite en sus instituciones estudiantes de otras etnia.

Es una realidad donde la segregación continua en su auge,
Nos limitamos a las sombras para resguardar nuestras vidas y seguridad.

¿Por qué no salir?
¿Por qué estancarse en un estado donde los negros no tenemos derechos?

El miedo, el temor que nos hace aterrar a lo desconocido,
Dastownville es lo que siempre he conocido, nunca he salido de aquí.

Bueno, antes de llegar junto a mi padre migrando desde la vieja Kenia.

No tengo recuerdo lúcidos de aquella vida.

—¿Haz traído los apuntes de la semana anterior?, he perdido los míos.

Me informa Zula, tomando asiento a mi costado.
Con sus cuadernos en sus manos mientras comienzo a dejar los míos en la mesa.

—Si —Afirmo buscándolos entre los cuadernos y pasándole aquellas paginas— Aquí están.

—Gracias, me has salvado el pellejo.
Me agradece esporádica, para continuar dirigiendo la atención en la mujer que acaba de entrar.

Sentándose en la silla que toma frente de nosotros.

En total somos 10 los que tomamos las tutorías de la señora Chrisman. Una mujer que ha emigrado desde Chicago, junto a sus dos hijos.

No ha dado la razón.
Unicamente se dedica a enseñarnos lo que ha aprendido, permitiéndonos conocer más información en la cual algunos implementamos como pasantía en el pequeño hostal que sirve como hospital.

Para nuestro pueblo, al igual que otros negros de alguno que otro marginado pueblo al igual que nuestro pequeño pueblito de "Dawston" siendo una pequeña extensión ocultada por unos árboles.

Somos pocos, debido a que algunos no le es de tu agrado el área, otros lo consideran una opción sin importancia.

Ya que igualmente se nos negaría el derecho de implementar función como un médico igual a otros.

Muchas veces, he tenido el gran deseo de descubrir algo más que este estado.

Pero los comentarios de lo cruel que puede tornarse el mundo en aquellas afueras, siendo aún peor del peligro que conocemos.

Son cosas que me cierran la idea de lo posible.

—Buenos Días.
Saluda, terminando el silencio.
A su vez observando todos los estudiantes presentes.

—He querido informarles de algo, lo cual es de suma importancia.

Inicia, dejando de tomar asiento para acercarse a la estantería de donde se encuentran algunos libros, buscando algo que allí se encuentra.

—Desde la oficina de la alcaldía de Dawstonville.
La alcaldesa Brimstone, me ha hecho un llamado.

El jadeo de sorpresa se escucha en toda la sala, haciéndonos esperar lo peor.

—Agradezco a todos ustedes por la devoción que han demostrado, tirando por el retrete todos los malos perjuicios que se nos muestran, de las vendas que nos ciegan de lo que allá fuera encontremos.

Continua, Volviendo a tomar asiento, con un blanco sobre entre sus manos.

—¿Crees que la hayan exiliado? No sería la primera.
Me susurra Zula, preocupada de tal verdad.

𝐇𝐚𝐳𝐦𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫 © [bwwm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora