Vacío +18

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No habíamos terminado de entrar por la puerta de mi habitación cuando los labios de Eddie ya estaban sobre los míos.

Sus manos me alzaron en el aire y me tumbó en la cama.

- Creía que te perdía esta vez, Maddy. -dijo casi más para sí mismo y siguió besándome.

Yo me aferré con todas mis fuerzas a él.

Y me dejé llevar.

Abrí mi corazón.

Dejé que Eddie me llevase con él.

Donde quisiera.

Yo era suya desde el primer día que sus ojos me miraron.

Lentamente comenzó a desvestirme, dejándome en solo ropa interior.

Yo hice lo mismo, mis manos, algo temblorosas por los nervios del momento, consiguieron quitarle la camiseta y los pantalones.

Se tumbó encima mía, sin poner todo su peso y acarició mi cuerpo lentamente con un dedo.

Me hacía cosquillas.

Su dedo recorría mis piernas, mi estómago hasta mis hombros y luego por los brazos.

Entonces se paró en seco, justo al lado de mi muñeca.

- Maddy, ¿qué es esto? -preguntó mirándome con la mayor tristeza del mundo.

Mi muñeca estaba llena de cicatrices de cortes.

- Cuando Billy se fue.. yo.. yo quería irme también. -susurré con tristeza al recordarlo.

Eddie se llevó mi brazo a los labios y besó mi muñeca.

Me miró y yo le sonreí.

Era maravilloso.

Tiré de él, acercándolo más a mi y volví a besarlo.

Esta vez más intenso.

Su lengua se abrió paso en mi boca y yo gemí al sentir sus manos abriendo mis piernas.

Se separó un poco y cogió un condón de sus pantalones.

Lo dejó encima de la cama y siguió con su juego.

Me desabrochó el sujetador y atacó mis pechos.

Mordiéndolos y lamiéndolos a su antojo, apretándolos también con sus grandes manos.

Yo gemía sin control y levantaba las caderas para buscar algo de fricción.

- Eddie.. -gruñí.

- Pídelo, dime que quieres. -habló ronco y yo gemí al escucharlo.

- Joder, te quiero dentro de mi Eddie, ahora. -solté un gritito cuando él bajó mis bragas en un segundo y se colocó el condón.

Se puso en mi entrada y empujó, lentamente.

Yo le clavé las uñas en la espalda, aferrándome a él.

Aferrándome a nuestra posible última noche juntos.

Eddie me embestía con fuerza y cada vez que entraba hasta el fondo yo sentía que me arreglaba.

Que me llenaba.

Llenaba el vacío que llevaba años sintiendo.

Aceleró el ritmo cuando empezó a estar cerca.

Pero yo me separé de él, ganándome un gruñido de su parte.

Eddie me miró algo sorprendido al ver que me alejaba.

Me levanté y hice que se sentara en la cama.

Yo me senté encima suya y lo rodeé con las piernas y los brazos.

Y me hundí en él.

Hice que entrase en mi de una sola vez y él gimió en respuesta.

Colocó sus manos en mis caderas, apretándolas.

Y yo empecé a moverme, arriba y abajo.

Sentía como Eddie se estremecía debajo de mi.

Los dos gemíamos sin control.

Nuestros cuerpos chocando hacían un ruido sordo que también llenaba la habitación.

Hasta que los dos nos fundimos en un solo.

Me dejé caer encima de Eddie y él cayó hacia atrás, quedándonos abrazados durante unos segundos.


***


- Maddison, aquí tienes tu ropa limpia, me voy ya a trabajar, creo que es hora de que te levantes.. -la voz de mi madre llenó la habitación en un segundo, y al ver la escena se quedó quieta en medio.

- ¡Mamá! ¿no sabes tocar? joder. -me quejé levantándome de la cama, llevaba la camiseta de Eddie y ropa interior, mientras que él dormía en solo un bóxer.

La cara de Eddie era un poema.

Yo empecé a reírme ante la situación.

- Un placer conocerte, chico. -mi madre le extendió la mano cuando Eddie se levantó, tapándose con la manta.

- El placer es mío, señora Walker, siento esto. -se señaló a él mismo y mi madre se rio.

- Hay comida en la nevera, tengo que irme, y la próxima vez que vengas a ver a tu suegra, mejor vístete un poco. -le dijo a Eddie y salió por la puerta.

Yo solté una carcajada enorme al ver la cara de Eddie toda roja.

- Ahora mismo te odio mucho, Maddy. -se quejó y empezó a vestirse.

No podía parar de reír.

Me puse unos pantalones y los dos bajamos, Eddie iba sin camiseta.

Nos sentamos en la mesa y empezamos a comernos lo que mi madre nos había dejado.

- Los chicos no tardarán, Dustin está hablando por el walkie diciendo que ya vienen. -dijo Eddie y yo lo miré confusa.

- ¿Dónde está el walkie? -pregunté al no escucharlo.

- Lo dejé en el baño, no quería que nos molestaran. -explicó y yo me reí.

Y efectivamente, el timbre sonó, indicando que los chicos estaban ahí.

Eddie fue a abrir y unos segundos después entraron todos en la cocina. 

- ¿Cómo estás, Madds? -Steve fue el primero en llegar hasta mi.

- Estaría mejor si me dieses un abrazo, Harrington, no muerdo, a no ser que me lo pidas. -le guiñé un ojo y los demás rieron.

Steve puso los ojos en blanco y me abrazó.

-  Es imposible odiarte. -dijo al separarse de mi.

Robin y Max se sentaron a mi lado y empezaron a hablar de lo que todos temíamos.

El maldito portal.

Vecna.

Teníamos que entrar de nuevo y esta vez no podíamos fallar.



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Maratón 1/3

Hay que volver al portal y esta vez os adelanto que maddy no va a dejar las cosas a medias, ninguna de ellas. ;)

Lovely - Eddie Munson +18Where stories live. Discover now