- Ammm, se dió, yo que se...Nos hablamos luego. Los amo.- él iba a hablar pero antes colgué. Solo quedaba hacer esto sola, quedaré sin uñas.
- ¿Qué fue eso?.- me señaló confundido.
- Necesito hacer esto sola, así no dejarán de confiar en mí. Soy capaz y lo sé.- guardé mi celular.
- Bueno, aunque no quieras yo te ayudaré. ¿Con que empiezo?.- se acercó.
- Bien, si te digo de no, de todos modos me seguirás ¿no es así?.- asintió al saber que tenía razón.- ¿Tienes una foto donde salgan tus padres?.- me alejé un poco al ver lo cercanos que estábamos.
- No pero Liz sí, es una pequeña foto que está en su pulsera, ya la traigo.- sonrío y se fue a traerla mientras que yo observaba con mayor detenimiento aquellos archivos.
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Después de que escaneara la foto con mis lentes, resulta que los padres de Aidan y Liz si eran espías y sus supuestos trabajos solo eran un cubrimiento más.
- ¿Porque nos mintieron?.- se pasó frustradamente su mano por su cabello.
- Mejor aún. ¿Por qué les dieron estos archivos a unos civiles?.- me miró indignado.
- Bueno, puede que sea...
- Era una pregunta retórica.- solo rodó los ojos.- Tuvieron una causa. Así que se sacrificaron para salvar el mundo o son unos traidores.- ya me estoy enfadado.
- Bájale dos rayas rayas a tus suposiciones, respeta sus memorias.- me señaló enojado.
- No he dicho nada en concreto.- me defendí.
- ¡Aún así te estás manchando sus nombres al pensar en la segunda opción!.- gritó.
- ¡A mí no me grites niño.- grité.
- ¡Tenemos la misma edad!.- movió sus manos exagerado.
- ¡Ya cállate!.- pues mi mano en mi cara y acariciar hasta terminar en mi cuello.
- Cállame.- se acercó demasiado con una sonrisa pícara a lo que volteó rápido hacia otro lado.
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Pero, ¿Qué rayos me pasa?...
¿Que rayos nos pasa?.
- ¿Quieren callarse ambos?.- volteamos a ver a Liz, quien al parecer aún no sé había dormido ya que estaba masticando...Oh no.
