Epílogo

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Caminaba por las calles de su ciudad, en su mano un café caliente que había comprado, había pasado años devastado, ya tenía 20, debía vivir con esa realidad. 

Logró hacer que las personas se olvidaran de él, una que otra sabía la historia y murmuraba cerca, pero no dejaba que le afectara. Ya lo había superado.

No podía ir a visitarlo, y no porque se lo prohibieran, era algo más personal, no quería recordar nada.

Yes to heaven de Lana del Rey sonaba en sus audífonos. Hubo un lugar por el que siempre pasaba, era una especia de museo al cual no se atrevía a entrar. No quería llamarlo museo, la sociedad tampoco. ¿Cómo se llama a la representación de desgracias?

No entraba mucha gente a diario, en realidad, prefería no llamarlo museo porque  cuando veía a las personas salir del lugar, solo sentía miradas incómodas o escuchaba conversaciones de lo mal que se sentían. Era una sensación que no se asemejaba a lo que se siente estar en un museo lleno de arte. El lugar era visitado especialmente por mujeres. Era lo que le resultaba un poco incómodo.

Al ver tanta gente salir del lugar, pensó unos minutos antes de entrar. Hoy se cumplía una fecha más desde lo sucedido. 

Con nervios caminó a la entrada, no se tenía que pagar nada. Parecía una habitación, decorada como lo recordaba la habitación de una de ellas, parecía de la realeza, con objetos extremadamente elegantes y delicados, una cama que parecía ser sacado de un reino. Parecía que fuera personaje de algún cuento. 

Cada paso que daba solo le acercaba más a los recuerdos que no quería seguir recordando, ¿era este el capítulo que jamás quería volver a leer? habían objetos que originalmente recordaba de quiénes eran. Y le dolía tanto verlos.

En medio de la sala, un libro que jamás fue leído por el público, pues los investigadores del caso, anunciaron que era un libro romantizando desgracias, no digno de ser considerado arte.

Pero quiénes eran ellos para saber de arte si eran unos insensibles.

Sin embargo, los escritores novatos, buscando qué escribir para llamar la atención; corrieron los rumores sobre lo poco que habían escuchado sobre este. Haciendo columnas en los periódicos, diciendo cosas como: Era un enfermo mental, todo lo que escribió no era la realidad, era producto de su imaginación. Ellas vivían en un infierno. 

No mintieron.

Pero,

entonces,

¿Cómo descubres que alguien está mal de la cabeza?

acaso,

es...

¿sinónimo de pensar distinto al resto?

¿o se trata sobre la moral que nadie logra cumplir?

Y entonces, sus ojos se llenaron de agua, resistiendo en el borde sin ser derramada.

¿Cómo alguien que quisiste tanto puede ser un monstruo para los demás? Cuando a ti te salvó la vida...

Ropa de ellas, siendo la atracción principal, trajes de diseñadores que nunca tuvieron reconocimiento.

Y ahí, estaba ella, la mujer que inició todo, que logró terminarlo también. Cómo quererla, cómo odiarla. Solo está ahí, existiendo. ¿De verdad te amo?, ¿O solo era un engaño?

Las personas recuerdan estos años, pero lograron olvidarlo a él, era la tensión sobre el problema de ser bella y usar las ventajas de ello. 

Dejó un corazón eterno, sin palabras que manifestar.

─Disculpe, soy estudiante de comunicaciones en la universidad, lo reconocí de inmediato, ¿Me permite hacerle una entrevista?


Madame CelesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora