Capítulo 9

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26 de Agosto del 1977.





Los mejores amigos estaban en casa de Atenea, acostados en la cama de ésta.

— Atenea, no puedes seguir huyendo de Finney.— habló con seriedad el niño.

— Lo sé, pero aún no quiero hablar con él.— respondió la castaña después de bufar.

— Eres imposible.— murmuró negando con la cabeza.

— No hablemos de eso por ahora.

— De acuerdo, ¿quieres ir a la nueva feria?— preguntó de pronto Robin.

— Humm, claro, solo tengo que pedir permiso.

— Rezaré para que te dejen ir.

La niña soltó una risa.

— ¿Por qué te cubres la boca al sonreír, Nea?— cuestionó quitando la mano de la chica.

Ella se quedó perpleja, no quería decirle.

— No lo hago.— tartamudeó y regresó su vista al techo.

Pero Robin la tomó de barbilla e hizo que lo mirara.

— Te conozco, bonita. Algo te pasa.— acusó.

— Es algo tonto.

— Dímelo.

— Te vas a reír.

— No lo haré.

— Bien.— se rindió resignada.— unas compañeras me pidieron ayuda con Ciencias, les ayudé y me dijeron que como pago me aconsejaban no sonreír si no quería espantar a los chicos, dijeron que mi sonrisa es extraña.— se encogió de hombros.— tal vez por eso Finney no gustó de mí.

— ¿Y es por eso que ahora la cubres?

— Sí.— asintió.— no quiero asustarte.

Robin se sintió mal, no quería que su chica pensara eso, ella era hermosa, si se viera a través de sus ojos lo entendería, sin embargo no era así y se sentía impotente, quería hacerle entender que era muy linda.

— Oh Atenea, no lo haces, no asustas a nadie, tu sonrisa es hermosa, bonita.

— Lo dices porque eres mi amigo.

Fingiendo que no le dolió que ella lo llamara "amigo" Robin se levantó, se sentó en la cama y la jaló con él, ella se acomodó en sus piernas, mirándolo de frente.

— Eres bonita Nea.— susurró llevando su mano a la mejilla de la chica.

— ¿De verdad lo crees?— preguntó con los ojos brillosos.

— Claro que sí.— respondió y le dió un beso en la frente.

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— ¿Ya hablaste con Atenea, Finn?— preguntó la menor.

— Aún no, tengo el presentimiento de que está huyendo de mí.— respondió el niño después de que recordó como ella había literalmente corrido hacia su casa después de toparselo en la tienda.

— Que perspicaz eres hermano, me sorprendes.— al ver la mirada que le lanzó el mayor rodó los ojos.— vamos Finn, es obvio que lo está haciendo.

— Sí, pero no entiendo por qué.— hizo un puchero.

— Probablemente tenga miedo a que la rechaces.— lo pensó un poco.— o tal vez no le gustó el beso.

The first victim. •The black phone•Where stories live. Discover now