15. La cita

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— Y bueno ¿A dónde vamos? —

— Es una sorpresa pero se que te va a gustar —

— ¿Seguro? Ya te digo yo que soy un chico difícil eh —

— Y no lo pongo en duda así como no deberías poner en duda mis buenos gustos —

Ambos rieron para emprender aquel camino.

Greco lo había llevado a un restaurante cerca de la playa, se podía apreciar el bonito atardecer.

Ambos ingresaron al establecimiento y así mismo pidiendo la carta, los rayos de sol caían sobre ellos, greco lo visualizo como un pequeño Angel, alguien irreal, su hermosa cabellera rubia y aquellos lindos ojos azules que le recordaban al mar que tenían enfrente.

— Deja de verme así — empezaba a ruborizarse

— ¿Así como? — y en efecto, greco estaba tan embobado que gustabo había notado su mirada, no en mala forma claro.

—  Como siempre lo haces, me pones nervioso —

— ¿Tus nervios bajarían si te doy un beso? —

Y cuando gustabo estaba a punto de contestar llego el mesero a pedir sus ordenes, greco pidió una paella y el rubio algo más tradicional, una tortilla.

Podría decirse que gustabo hizo un poco el tonto queriendo cambiar el tema de conversación hasta que fue interrumpido.

— ¿No vas a responder mi pregunta? —

La cara del rubio ya estaba en otro tono de rojo podría decirse que hasta preocupante, antes de responder tomo un poco de agua que les habían dejado anteriormente.

— No lo sé, lo tendría que comprobar —

Muy colorado pero de tímido no tenia nada, el barbon  tenia una gran sonrisa coqueta, se acercaba a el lentamente, claro que tenía intenciones de besarle pero aún no era el momento.

No tardo mucho más para que viniese la comida, ambos comenzaron a disfrutar y comenzaron a hablar sobre trivialidades.

El sol se escondía y la luna ya salía, se había convertido todo en una linda velada.

— ¿Que has hecho últimamente? Tienes mucho tiempo libre — pregunto el pelinegro y si, se podía notar un poco de preocupación  en su tono.

— Todo esta bien greco, he conseguido un nuevo trabajo, me va bien — respondió con una cálida sonrisa, si en realidad supiera.

— Me alegro por ti pero no me digas greco, dime mi amor — Ambos rieron por el comentario.

— si bueno para eso hace falta eh —

— bueno, por lo menos lo he intentando —

— te dije que no era un chico fácil —

las risas se les podía escuchar en todo el lugar, greco no paraba de hacer reír al menor pero llegó un punto donde ya les daba hasta pena.

— me ha encantado esta cita —

— a mi también , me gusta mucho tu compañía, te has lucido con el lugar —

Ambos se miraron y con eso se dijeron todo, no era necesario las palabras para el cariño que se sentía en sus miradas, era algo que se podía notar desde cualquier punto y ellos lo sabían.

Pagaron la cuenta, salieron del lugar dando una caminata a su estacionamiento.

En el camino a casa no dijeron mucho más que algunos intereses, se parason cantando canciones que salían en la radio, entre una de ellas

Colgando en tus manos y si la sintieron a morir, el pelinegro dejo al menor en casa y como despedida le dio un pequeño beso en la frente, tampoco se quería ver tan atrevido.

Y gus solo pudo pensar en cuando se volvería a repetir aquella noche perfecta.

Pero ninguno se dio cuenta que alguien los siguió durante esta o tal vez alguien si.

Pogo.

omg

Tarde 6 meses para actualizar, pido disculpas mi semestre pasado m mato 🥹
Faltas ortográficas m las disculpan.

Pequeño Ángel -Grecabo.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ