02. Strangers

909 82 4
                                    

En la comisaría había un gran revuelo como siempre, algunos se quejaban de que nadie atendía denuncias y otros solo les gustaba crear caos.

Un pequeño rubio de ojos azules entraba al lugar preguntando por el superintendente, algo que confundió un poco a los agentes que estaban en el momento.

- Buenas guapo, se podría saber para que lo ocupas? Anda muy ocupado así que no atiende a gillipollas. - exclamaba aquel subinspector moreno.

- calla caranabo, que lastimosamente es mi padre. - exclamaba un rubio con cara de darle una ostia al cara pinga que tenía enfrente.

- Anda baja el tonito, lo comunicó y te llevo a él. - si, estaba algo cagado pero tampoco lo iba a demostrar, comunico al super y este le dio luz verde para que pasase. - Vamos anda, mueve el culo. -

Y ahí iban, un agente algo cagado y un rubio con ganas de morirse.

No tardó mucho para que este dúo llegará al despacho, aunque el menor no estaba al tanto de que dos agentes acompañaban a su padre.

- Diosito si no me quieres, dímelo. - pensó, su fobia social no ayudaba mucho en este tipo de casos, por lo cual entro un poco lento a la sala.

- No piensas saludar? - Exclamó el super desde su silla. - Antes de todo, comisarios, les presento a mi hijo Gustabo y Gustabo te presento a los comisario Viktor Volkov y Greco Rodriguez. .

- A eso iba, en fin, un gusto conocerlos a todos.

- El gusto es mutuo - accedió a decir aquel hombre de barba, no podía fingir que no le había dado un "click" hacia este, le parecía atractivo, pero todo normal, no?

- Lo mismo digo Gustabo - Un peliplateado con cabeza de hormiga había hablado.

La sala se llenó de un silenció incómodo, algo largo, tan largo que gustabo llegó a 100 ovejas, se había puesto a contar en su cabeza para desviar su estrés.

- Pero bueno capullos, Gustabo se integrará a la malla, empezará mañana y ahora sí, pónganse a trabajar pedazo de gillipollas. - ambos comisarios no dijeron mucho más y se fueron.

Gustabo los miraba irse, el "barbas" como ya lo había apodado hace cinco segundos, volteó hacia atrás, ambas miradas conectaron por algunos segundos, aunque luego fueron interrumpidos por el super.

- Eres un capullo - lo dijo en un tono suave, podía ser un hijo de puta pero a su hijo lo trataba y cuidaba muy bien (demasiado diciendo la verdad).

- Lo saque de ti viejo - Gustabo amaba a su padre, esté ya estaba creciendo, creía que algunas actitudes de su padre ya estaban demás, quería vivir y experimentar su vida.

— En fin ¿Que quieres cenar hoy? Estaba pensado en ir a un restaurante o yo que sé — decía el mayor mientras leía y revisaba algunas hojas.

— Oh, tenía ganas de cocinar algo, vi un receta en Google y parecía fácil, quiero intentar, ya sabes — movía sus manos y hacia una carita adorable, como si de niño pequeño se tratase.

— Mientras no quemes mi cocina está bien — una pequeña sonrisa se podía ver en la cara del pelinegro. — pero bueno tengo que seguir trabajando, te veo casa pequeño —.

— no estoy pequeño, pero está bien, entrego unos papeles y voy para la casa —.

Se despidieron simplemente con la mano, gustabo entrego algunos papeles al comisario Volkov para luego retirarse, no sin antes tener una mirada encima, si, del comisario Greco.

- 𝗼𝗺𝗴.

Pequeño Ángel -Grecabo.Where stories live. Discover now