Gustabo y greco eran inseparables, no sabían muy bien en qué momento llegaron a eso, se la pasaban haciendo patrullajes juntos, almorzando juntos, haciendo gillipolleses juntos, se habían vuelto uno.
Hasta en sus días libres estaban juntos, solo se separaban para dormir, ir al baño o cuando el super los ponía a hacer cosas separados.
Greco estaba seguro de lo que sentía pero no sabía si lo que sentía era unilateral.
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Por otra parte Gustabo no sabía que sucedía, se sentía cómodo con el mayor, le transmitía paz y calma.
"¿Crees que le interesas? Mírate, eres una mierda solo te tiene lástima."
Sus mismos pensamientos lo oprimían ¿lo quería como su amigo o algo más? ¿Que era el amor para el? ¿Cómo estaba seguro de lo que sentía? ¿Greco solo le tenía lástima?
Millones de preguntas llegaban a su cabeza que nadie podía responder solo él y no poder responderlas lo hacían sentir fatal.
No dijo mucho más y salió de su habitación su padre había llegado a casa y este estaba sentado en el sofá.
- ¿Que tal? — no sabía bien que decir, últimamente ya no era tan unido a su padre lo que le afectaba pues siempre han sido ellos dos.
— supongamos que bien ¿Qué tal tu?
— puedo- ¿puedo hacerte una pregunta?
— si dime
— ¿Que es el amor?
— Gustabo, deja pensar tonterías preocúpate por otras cosas, por ejemplo el trabajo, esfuérzate para ser oficial de una buena vez.
— El trabajo el trabajo, para ti todo es el puto trabajo.
No espero siquiera una respuesta y solo se encerró en la habitación, se sentía solo, muchas cosas habían cambiado desde que su madre falleció, la extrañaba tanto.
Abrazo su almohada y se largo a llorar ¿en verdad no era importante lo que sentía? ¿En verdad sentía algo? Sentimientos demás empezaban a salir.
En especial el, gustabo sabía lo que pasaba, aún estaba consciente de si mismo, pero no quería que pasara, no quería volver a pasar lo mismo de nuevo.
Decidió salir a la sala para decirle a su padre, no estaba.
¿En qué momento había salido?
Empezó a buscar alguno de sus medicamentos, lo único que causaba era un desorden, hasta que decidió llamar a Greco, ahora solo lo necesitaba a el.
— Gre- greco tienes que ayudarme — decía entre lágrimas apenas era audible.
— ¿Que pasa chiqui? ¿Esta todo bien? — el comisario aún estaba en turno pero si el rubio lo necesitaba no dudaría ni un segundo en ir hacia el.
— El- El ha vuelto
— ¿Quién?
— Pogo.
—𝗼𝗺𝗴
Eh, andamos de vueltaaa.
Aclaraciones: gustabo tiene doble personalidad, no es una maldición, jeje.
