Capitulo 75. Aquello que había conservado con tanto esmero, se ha desvanecido.

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Decker parece ser el único bien consiente, pero simplemente es por el dolor en su brazo que no se deja llevar por las feromonas.

—Bastardo, me romperá el brazo —Harto, verdaderamente harto de sentir la mordida sobre su brazo, hizo un último intento de ser liberado. Soltó el agarre que sostenía el cuello de Fletcher e hizo de su mano un puño en el aire, luego...

[Pum]

Lo golpeó justo al borde de las costillas del lado izquierdo, fue un sonido hueco, como si hubiese golpeado un tambor, quizás, no había dado en el blanco, pero si lo había hecho soltar un gruñido de dolor.

Así que volvió a levantar su brazo nuevamente, esta vez aún más arriba y tomo suficiente velocidad para golpearlo por un costado del abdomen. El golpe hizo un sonido en seco y el receptor del golpe, esta vez, verdaderamente sintió dolor.

—¡Agk! Basta...rdo.

Sus ojos se volvieron blancos, casi como si la consciencia se le fuera del cuerpo, y abrió su boca hasta el tope debido al profundo dolor en la herida casi recién operada y solo así libero el brazo de Decker.

Cuando el brazo finalmente fue liberado, Decker empujó a Fletcher, por un lado, y retrocedió rápidamente sobre el suelo, arrastrándose sobre sus glúteos alejándose un poco del campo de agarre del Alfa. Luego, levanto su pie desnudo y lo estampó con una fuerza abrumadora, contra en el pecho del rubio.

[¡BAM!]

Sonó con fuerza en toda la habitación, y debido al impacto duro y veloz, se estrelló contra un mueble de madera donde, yacía un tesoro invaluable para el azabache.

Una rosa del ramo de flores que Decker había regalado a Max por su cumpleaños.

Cuando Fletcher golpeó el mueble con su cuerpo, el adorno hecho de resina transparente se tambaleó fuertemente. Fue inevitable; cayó en el suelo rompiéndose en mil pedazos.

El sonido fue estruendoso y tan pronto los trozos de resina salieron volando en todas direcciones, la sangre en las manos de Fletcher, fluyó también y el corazón de Decker casi se detuvo.

Miro horrorizado la escena a un par de metros de distancia y se sintió aún más destruido. Sin querer, había empujado a Fletcher hacia la mesita de madera que tenía la última rosa bien conservada en resina que le dio a Max. El último recuerdo de los días perfectos con su Omega se ha destruido en el suelo ocasionando un silencio mortal.

Decker miro los trozos de resina transparente en el suelo y se dio cuenta de que el adorno en forma de pirámide se había roto en tres pedazos grandes y un millar de pedazos pequeños y filosos.

Una de esas tres piezas llevaba una rosa que solía estar iluminada por pequeñas luces led doradas dentro de la resina. Era un recuerdo hermoso que solía iluminar la habitación de una manera cálida, casi como una lámpara de noche reconfortante. Le hacía sentir tranquilo.

Ahora, esa tranquilidad también se ha destruido...

El gran alfa se perdió entre recuerdos nostálgicos y no reacciono hasta que Fletcher se levantó aún guiado por la feromona y sin querer, pateo la resina con la flor ligeramente intacta. Aunque al parecer la flor no estaba arruinada, la resina estaba estrellada totalmente, apenas y se podía ver bien la rosa de lo estrellada que yace cía la resina envolviéndola…

La belleza que había conservado con tanto esmero, había desaparecido tan rápido...

No pudiendo con el dolor en su pecho, levanto la mirada y con los ojos endiablados, observó a Fletcher que aún mantenía los ojos brillantes y se dio cuenta de que necesitaba más que unos cuántos golpes en el estómago y una patada...

¡No Me Lastimes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora