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Capítulo 2: Punto y coma
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Minutos antes de despertar sentí una leve incomodidad en la parte baja de mi espalda.
Mis movimientos en busca de comodidad hicieron que mi cerebro se active, aunque mi cuerpo continúe dormido.

Comencé a escuchar el cantar de los pájaros y la movilidad del viento, y por más que no abriese los ojos, sentía los rayos de sol pegando justo en ellos.

Me moví un poco más y fue ahí cuando los abrí.
Pestañeé lentamente para acostumbrarme a la reciente visión y cuando pude ver con claridad me encontré con un cielo azul totalmente despejado.

—Mierda. —Me incorporé asustado sobre mi cuerpo, quedando sentado sobre la cima de aquella colina. —Me quedé dormido. —Tome la cabeza con mis manos, preocupado.

Mi madre va a matarme.

Me levanté rápidamente y analicé el lugar por unos segundos.
De día, la vista desde la colina sigue siendo hermosa, pero no se compara con la perfección que brinda por las noches.

Me di media vuelta y comencé a caminar, tenía que volver a mi casa, aún sin saber el camino, tenía que volver.
Alguna forma encontraría.

Nombré mío el lugar que conocí ayer.
Era tan hermoso que sería lo suficientemente egoísta de no compartirlo. La paz de la soledad que había allí era simplemente increíble, y se sentía especial tener tu propio lugar.
Nunca había visto esa parte del bosque, y es realmente linda. Es la combinación entre la sociedad y la naturaleza. Los edificios y los árboles. Lo natural y lo artificial.

Frené cuando encontré el árbol con el que, la noche anterior, me había tropezado.
Supuse que tenía que seguir recto y llegaría a casa, o por lo menos, encontraría la ciudad fuera de este bosque.

Ni siquiera sé qué hora es, espero que no sea lo suficientemente tarde como para llegar y que hayan tres patrulleros en mi casa preparados para tomar una declaración por desaparición.

Mi madre puede morirse si se da cuenta que no dormí en casa, es demasiado paranoica con eso.
Además, se supone que debería que estar en reposo. Aunque mi cuerpo ya no duele, o por lo menos no tanto.

Movía mis pies en sintonía. Los árboles y arbustos parecían no tener un final preciso.
Ayer debí estar demasiado nublado en mis pensamientos como para caminar tanto y no cansarme en el acto.

La soledad puede ser buena y mala a la vez.
Mi cabeza en silencio no se cansa de sacar el lado negativo de las cosas, y mientras camino de regreso pienso: "¿Qué tal si nunca llegó a casa?"

Habían pasado por lo menos siete minutos, de una intensa caminata, cuando por fin comenzaron a aparecer las pequeñas casas, las pude ver a lo lejos por detrás de los árboles de este intenso bosque.

La distancia, al fin y al cabo, no era tan extensa como pensaba.

Cuando el verde del suelo se comenzó a tornar en el grisáceo de las calles, corrí. Corrí fuerte hasta llegar a casa.

Me asustaba lo que podría pasar cuando llegue. Me esperaba lo peor, mínimo diez policías en la puerta.

Pero no fue así.

City Lights ━ Byler Where stories live. Discover now