Entre el sol y la luna

Capítulo 2

El día había transcurrido de lo más normal.
Aunque esta vez, era turno de Bai Wuxiang ir a la cabaña de Qi Rong.

— Muy molesto. ¿No tienes otras mierdas que hacer? ¡Estorbas!

— ¡Solo quería verte! Ya sabes. Asegurarme de que estas seguro.

— ...¿Interrumpiste el sueño de este ancestro solo para preguntarme cómo mierda estaba?

Bai Wuxiang solo se rio y lo atrapó en un tierno abrazo.
Qi Rong ya estaba acostumbrado a este tipo de afecto por parte del Alpha, pero aun así, le seguía pareciendo raro.

Jamás lo habían cortejado.
Al menos, no como lo hacía Bai Wuxiang.
Él era tan sincero que daba miedo.

— Por cierto, hoy vino ese Dios del Este.

— ...vino a buscar pelea, ¿verdad? Hijo de puta.

Qi Rong lo vio, la cara de Bai Wuxiang era una mezcla de enfado, asco y preocupación.
Algo que le resultó muy gracioso a Qi Rong. El cual no pudo contener la risa.

— ¡Mira tu cara!
¡¡Todo enojado!! —
Dijo mientras reía con más ganas que antes.

Bai Wuxiang se sonrojo. Qi Rong estaba riendo. Jamás lo había visto reír, incluso cuando él vivía con él en su palacio.
Y en ese momento, confirmo lo que ya venía pensando hace algún tiempo.

Qi Rong es hermoso en todos los sentidos.
Hermosa sonrisa
Hermosos ojos
Hermosa voz
Hermosa silueta
Hermoso nombre.

Todo en él era hermoso.

Todo en él era perfecto.

Sintió una pequeña opresión en el pecho, es cara era demasiado para él. Quería protegerlo d runa manera que ni él entendía. Quería abrazarlo, besarlo, tomarlo en brazos y jamás soltarlo. Él no era posesivo, para nada, solo quería mantener esa linda sonrisa para siempre y siempre.
Qi Rong era el único ser que en verdad se había preocupado por él, al menos, él lo sentía así.
Él no le debía nada a nadie, nunca lo ha hecho; pero siente que a Qi Rong le debe cada respiro, cada palabra.
Lo amaba de una manera descomunal. Amor, eso era, era amor. Un amor que jamás llegó a pensar que sentiría.

Por eso se enojó al oír que había venido un intruso a la casa de su amor, a molestar. Le hirvió la sangre muy mal. Le dieron ganas de ahorcar ese cuello celestial del puto Dios del Este.

Estando con Qi Rong, abrazándolo, notó que olía diferente. No era su olor habitual, era otro. Le dió asco ese olor.

Sin avisar, enterró el rostro en el cuello de Qi Rong; lo olió, ahora sí olía a él, al parecer, aquél olor solo era por encima, significa que no se acercó el intruso. Sonrió suavemente.

— ¿Qué te pasa ahora? Si sigues oliéndome así, terminarás por quitarme mi olor... —
Qi Rong se detuvo. Percibió un aroma seductor que emanaba del cuerpo contrario. Ese olor, era hermoso. Era de Bai Wuxiang. Él estaba soltando feromonas, tal vez, para quitar el olor del Dios ese, y cambiarlo por el suyo.
Sintió un cálido y hambriento beso en su cuello. Su cara se pasmó de rojo por la sorpresa. Sintió una corriente eléctrica que le recorrió desde los pies hasta la cabeza.

Tomó al Alpha de los hombros suavemente, y trató de alejarlo; peor sin hacer demasiada fuerza— A-Xiang... A-Xiang... Basta... —
Murmuró débilmente.
Jamás lo diría en voz alta, pero esas caricias por parte del otro lo hacían tan débil, que le daba miedo.

De un momento al otro, el contrario se levantó para verlo. Tenis una cara extraña, demasiado sexy para la vista de Qi Rong.
— Ese Dios... Te manchó con su olor... Bah, que asco! Huele horrible a él, no deberías oler a él! Deberías oler a mí! —
Con una pequeña fuerza opresiva, Bai Wuxiang tomó la quijada de Qi Rong entre una de sus manos, y lo besó fieramente. Metió su lengua, y ambas danzaron n sus bocas con una hambre indescriptible. Y, con la mano libre, empezó a manosear el cuerpo de Qi Rong a su gusto. Desde la espalda hasta la espalda baja.
Ahora, la casa era una combinación amorosa de dos Aras distintos, que, en combinación, creaba un aroma espléndido; dulce y armonioso.
— ¿Quién es tu Alpha, Xiao Jing? Dilo, quién es? —
Murmuró Bai Wuxiang, entre el beso, algo agitado por el calor.

— Tú... Tú lo eres, A-Xiang...

A-Xiang...

— A-Xiang! —
Exclamó Qi Rong, furioso.

Bai Wuxiang volvió a la realidad. Estaba sentado en la mesa junto con Qi Rong, mientras comía un dulce que Wuxiang había traído.
— Perdón, estaba pensando... —
Se perdió en sus pensamientos y olvidó dónde estaba.

Qi Rong suspiró, este Alpha era una molestia.