-¿En qué piensas?.-Sus ojos estaban brillando, el hablaba pero yo solo lo estaba mirando.-¿Solecito?

-En lo maravilloso que fue haber coincidido contigo. -Regrese mi mirada al libro. - ¿Alguna vez has leído o visto un anime de romance?.- El me miro, nunca creyó que yo le preguntaría eso, yo tampoco lo pensé de mi pero aun asi lo hice sin tener cringe.

-Algunos, pero la mayoría son de fantasía, ciencia y ficción, deportes, gore, magia.-Sonrío.-¿Tu?.

-¿Harry potter?.-Murmure, normalmente era yo la que hablaba de géneros de literatura o cosas parecidos con libros.

-Nunca lo e visto.

-¿Disculpa?.- Fingí no escuchar tanta barbaridad.

-Nunca he leído Harry Potter. -Dejo de dibujar y miro mi rostro en blanco, no podía decirle nada sin embargo me sentía extraña, podía ser su primera vez que le hablara sobre Harry Potter o de más libros.

-Te mostrare. -Sonreí. -¿Leídos o en cinema?

-Cinema.

-Los libros son mucho mejor. -Negó con la cabeza mientras sonreía.-¿Has visto al menos las peliculas?.-Continuo negando con la cabeza.

Me quedare con la incertidumbre que no conoces ningún genero fuera del anime. -Bufe.

-¿No puedes tener una cita con alguien que solo ve anime y videojuegos?.

-No, no es eso. -Murmuré. - Solo no creí que no conocieras Harry Potter.

-Esta bien.-Se levanto.-¿Lo podemos ver esta noche?.-Asentí con la cabeza emocionada. El se volvió a recostar en el césped y mas cercas de mi. 

Miramos el atardecer con música clásica, nuestros cuadros eran diferente, él había hecho el atardecer con el que estábamos viviendo en ese momento y yo solo dibuje un Spiderman bajando de su telaraña.

-Joss.-Le tome de la mano, el me miro y sonrío.- No me gustaría olvidarte.-Murmure.

-No me olvidaras, solecito. -Se acerco a mí.

-¿Tu me olvidaras?.-Mumure.

-No lo hare, solo quiero estar contigo. -Murmuro mientras se recostaba en mi pecho.-Estar contigo es algo a lo que le llamo vivir.-sonrío.

-¿Puedo preguntar algo?.- Le acaricie su cabello y memorizaba sus facciones para escribirlo esta noche. El asintió con la cabeza.- Lo olvide.-Sus ojos profundos de brillo y aquellos rizos de café me habían echo perder todo lo que tenia hecho bajo mi control.

-Solecito.-Mascullo.-¿Quieres un libro?.-Mis ojos se abrieron, me emocione tanto que mi corazon empezó a saltar, la mayoría de la gente que me conocía solo se quejaba de lo caro que eran los libros pero nunca hizo esa pregunta, siquiera mama. 

-¿Hablas enserio?.-El se levanto de mi.

-¿Escuchaste que estaba jugando?.-sonrío.- Es cierto.

-No lose, no me gustaría que gastes en mi.-Murmure.

-No me interesa gastar en ti.- Beso mi mejilla, sus manos rozaron mis mejillas después y me beso.-Eres la chica cin la que siempre soñe.-Sonrei y le correspondi el beso.

Sus manos jalaron mi cintura y yo subí mis brazos en sus hombros, mis dedos se perdían en sus rizos, sentía que estaba probando un pedazo de cielo con sabor a café. 

-Tus ojos son demasiado bonitos solecito. -sonrío después de soltarme.-Puedo ver lo maravilloso que es el cielo en ellos.-Finalizó con un beso en la nariz.

-Gracias por enseñarme que ambos podemos brillar. -Bese sus labios color carmín.

-¿Miramos la luna?.-Se levanto y me tendió la mano para poderme levantar.- Yo me siento allí cada que te veo los ojos o desde lejos.-Sus manos exploraban mi cintura, mis brazos y yo simplemente mantenía la respiración para no sonar tan nerviosa.

-Falta mucho para que salga la luna Joss.

-Vamos ¿Si?.-Asentí con la cabeza después de mirarle sus ojos.

Ambos estábamos enredados de una cobija color azul, estábamos esperando ser iluminados por aquella luz de la luna, de mirarla salir entre tantos árboles. En ratos Joss me besaba las mejillas y me abrazaba más, me pegaba a el y me hacia sentir segura en sus brazos.

-Joss.-Murmuré.

-Solecito. - Me separe de el y me puse enfrente, se quedó sin aire.

-Joss.-El me jalo de la cintura y me beso con desesperación, nunca nos percatamos que la cobija se había caído desde hace un rato.

-Quería preguntarte algo Solecito. -Murmuro, pero jamas se separo de mi. -¿Puedes contestarme?.-Asentí con la cabeza.- ¿Puedo ser tu chico con todas las personalidades de tus libros?

-Tu. -Mustie. -Pero.-Sentía que se me iba el aire, el me estaba proponiendo formalizar, justo como quería.

Pero algo de mi seguía teniéndole miedo al compromiso, miedo a los demás.

- ¿Puedo ser tu chico de algún libro?-Relamió sus labios, asentí con la cabeza y volví a besarlo.

El miedo no me iba a dejar, asi que yo tenia que dejarlo por él, por el amor que había disociado todo el tiempo, pero nunca desapareció, sino creció cada vez más.

Por que desde la primera vez que lo conocí ame cada rizo de café que caían sobre sus ojos marrones brillantes.








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