Capítulo Uno.

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Corría el año de mil novecientos noventa, estaban a diez años del nuevo siglo, del gran cambio, pero KyungSoo sabía que su vida jamás sería diferente.

Sus padres habían muerto cuando sólo tenía seis años y el orfanato que lo había acogido, sólo había hecho más miserable su vida.

Las paredes grises y con humedad, los olores de la inmundicia y las cicatrices que había en su cuerpo eran recuerdos que no podía borrar. Vivió seis años en el orfanato, pero fueron los suficientes para saber que no podía vivir ahí toda su vida.

Huir de ese lugar no había sido la parte más difícil de lo que viviría. Había brincado la cerca de dos metros y no se había lastimado gravemente. Recuerda como caminó por las frías y oscuras calles de Chicago buscando y planteándose lo que tenía que hacer. Mendigar en la calle, ayudar a cargar cosas, barrer las entradas de las casas, tirar la basura y hacer cualquier cosa por tratar de sobrevivir.

Vivir en la calle había sido difícil, pero había aprendido a hacerse más fuerte y rudo, manipular a las personas para obtener algún beneficio y sobre todo, aprendió a cuidarse, porque entendió que nadie más lo iba a hacer por él, que no podía confiar en la gente que lo rodeaba.

Hasta que conoció a Miranda, su mejor y única amiga. Si él sentía que su vida era desdichada, Miranda lo superaba. No había nada peor que ser traicionado por tu propia familia. Juntos llegaron a Los Ángeles pensando que ahí tendrían una oportunidad de salir de la calle. Fue un largo camino para llegar a aquella ciudad y fue aún peor darse cuenta que para ellos nos había oportunidad de nada.

Sin educación, modales o algún talento, no quedó más remedio que comenzar a trabajar en aquel burdel. Al inicio pensaron que sería por poco tiempo, pero muchas de las veces no se ganaba tanto. Ya no vivían en la calle, habían rentado un pequeño y viejo departamento para ambos, pero todo empeoró cuando Miranda comenzó a tener pesadillas y ataques de ansiedad. Ella tuvo que dejar de trabajar, haciendo que KyungSoo se hiciera cargo de todo, incluso de Miranda.


✨✨✨


El timbre sonó y KyungSoo dejó lo que hacía en la cocina para ir a abrir, pero Miranda había sido más rápida, ya estaba recibiendo un traje para él enviado por Vivían.

— ¡Wow! ¿Qué es esto?

Miranda estaba emocionada de ver tan fina tela, era un esmoquin negro. KyungSoo rodó los ojos.

— Te lo dije, Vivían se casa con un millonario y me invitó a su boda.

— ¡Eso es increíble! Obvio tienes que ir, puedes ligarte a algún millonario guapo amigo del novio de Vivían.

KyungSoo volvió a entrar en la cocina.

— ¿Por qué todas dicen lo mismo? En el burdel tienen las mismas expectativas que tú. No entienden que Vivían tuvo un golpe de suerte, los demás estamos jodidos.

— KyungSoo, cuando la vida es tan miserable como la nuestra, no nos queda otra cosa más que soñar.

KyungSoo entendió lo que decía Miranda, pero no podía evitar pensar que él no se podía dar el lujo de soñar.


✨✨✨


Al final KyungSoo aceptó ir a la boda, se había perdido la ceremonia, pero había llegado a la recepción en un hotel muy lujoso, incluso le parecía que era un palacio.

Hubiera dicho no [KaiSoo]Where stories live. Discover now