-Ale. -Mama me miro con los ojos cristalizados. -Si tragas todo lo que siente al final te ahogaras. - Porque simplemente muchas veces la vida termina antes de que llegue la muerte.

-Cada año es asi. -Me cubrí la cara. -Cada año no dejo de recordar todo lo que paso, todo lo que tuvimos que pasar.

-Él está bien ahora. -Me limpio mis lágrimas.

-Pero. -Me quede mirando el cielo. -¿Por qué tiene que ser tan difícil?

-Ale. -Mi cuerpo empezó a temblar.

-Toda la gente nos dice que soltemos, soltar es una situación en la que te aferras. Aunque al principio digamos que, si lo vamos a soltar, pero en el proceso. -Pause. -En el proceso todo se cae, ¿Cómo vas a soltar algo de lo tu estabas acostumbrado? ¿Como vas a soltar esos momentos buenos que te hicieron feliz en algún momento? ¿Como vas a soltar algo sin destruirte en el proceso? Nadie entiende el ¿Por qué te aferras? Y por más fácil que se nos haga decirlo es complicado.

-No te aferres.

-No lo digas, mapa por dios. -Solloce. -No me estoy aferrando, no me lastima ahora, solo que la vida no es poquita vida, sino es mucho. Pero hasta que no permitas conocer...

-Te seguirás aferrando. -Sonrío.

-Si. -Relamí mis labios y me quedé minutos mirándola.

Al final, no me costaba nada abrirle mi alma, decirle tal cual como podía sentirme, como podía hablar sin que ella me dijera que era patética.

Pasamos horas en el auto, mama hablando de comida y yo disociando por la ventana, el aire golpeándome en la cara como amaba sentirlo, había estado un mes completo sin usar el móvil.

Al llegar, bajé del auto y corrí por la calle. Me estaba sofocando, me faltaba el aire. No mire hacia atrás, solo corrí. Tomé un autobús a dirección a un pueblo lejos, existía una tradición de aventar luces flotantes al cielo, el mar estaba a dos horas de allí, asi que lo hice. Un globo de cantolla con el nombre de papa y sus años. Quizás no podía seguir aferrándome cada vez más, pero aun asi lo hice.

Por que mientras mi memoria siga viva le recordare como todo lo que nunca fuimos como padre e hija. Dicen que el cielo es el mayor tesoro que en los atardeceres hay muchos colores, pero yo en los ojos de papa encontré mas que ellos.

Dicen que el oxigeno de las plantas es el que debemos de respirar, pero yo tu aroma de aquellas mañanas no volveré a soltar.

Cuando miro el mar, muchas cosas he de encontrar, pues el mar se a convertido en el lugar donde quiero vivir por la eternidad, porque es más fácil recordarte aquí, que en casa.

El problema es que desde que te fuiste todo se perdió y el cielo me hizo levantarme y decirte adiós,

En unas semanas estaría en la universidad, siquiera me emocionaba, sentía algo en el pecho, pero sabia que no era lindo. Conocí una chica en la que podía estar hablando de si misma y jamas tocar el tema de mi vida, me gustaba hasta en determinado tiempo no hablar de mí.

El primer día de clases llegué tarde, ambas esperamos afuera del aula, empecé a sentir miedo y tuve una opción de no querer entrar, pero era demasiado tarde ya había tocado.

El aula estaba completa, no había lugares, sentí un nudo en la garganta hasta que noté lugares vacíos hasta atrás, justo atrás de un chico con rizos y lentes.

Todo iba bien hasta que nos hicieron levantarnos y hablar de la razón del ¿Por qué derecho? Admiraba a todos los que tenían razones suficientes del por que estaban allí, yo solo dije que para ayudar a mama en los departamentos.

STAY ALIVE.Where stories live. Discover now