08

86 15 3
                                    

Desde el momento en que puso un pie en su hogar notó la pesada soledad que lo embargaba. Sola en casa nuevamente. Aunque solía tener compañía la mayoría de las veces: su asistente personal, hoy no se encontraba debido a que le contó de su cita. Para su desgracia, su asistente no estaba ahora, su cita había sido un fracaso y estaba sola en casa. Decidió levantar sus ánimos y comenzó a pensar en qué podía hacer mientras estaba sola. A lo mejor podría ver películas toda la tarde, o tal vez leer sus libros favoritos. Conforme cambiaba su vestuario por uno más cómodo para estar en casa, se debatía mentalmente acerca de qué hacer. Aprovechando que sus padres no estaban y probablemente regresarían tarde, decidió adueñarse de la cocina mientras pudiera. Siempre le había gustado ponerse a hornear cosas mientras sus padres y la cocinera no estaban en la casa. Sacó el gran libro de recetas que reposaba dentro de uno de los cajones y buscó algo sencillo para preparar. A lo mejor galletas, cupcakes, tal vez una tarta. Todo le llamaba la atención pero no quería arruinar su pequeña diversión con recetas complicadas. Se decantó por galletas y cupcakes desde que eran recetas que cualquiera podía seguir. Encendió la tele y colocó cualquier canal para aminorar la sensación de soledad de la casa y comenzó su pequeño trabajo en la cocina.

Pasó un buen rato mezclando ingredientes y usando moldes para darle forma a la masa, le daba a sus galletas un aspecto infantil con aquellos moldes, pero era esa la intención al fin y al cabo. ¿A sus padres les gustarían? Pensando en eso, se fijó en la escasa cantidad que había preparado, pues en un principio solo pretendía hacer unas pocas para sí misma, pero luego prefirió hacer una buena cantidad para compartirlas con sus padres. Mientras el horno hacía su trabajo cocinando aquellas masas aplanadas con formas diversas, ___ se fue a la sala de estar y se entretuvo con algún programa de corta duración. El estar sola en casa resultó no ser tan malo, estaba más animada, aunque echaba en falta algo de compañía. Se suponía que iba a estar acompañada todo el día, pero no, ahí estaba ella, sola en casa.

-Debería dejar de pensar en eso de una vez... _musitó para sí misma mientras apartaba aquellos pensamientos de su mente. No necesitaba volver a perder los ánimos tras haberlos recuperado. El horno emitió varios pitidos, anunciando que lo preparado estaba en su punto e inmediatamente fue a sacar las bandejas metálicas que había colocado en su interior. El suave y agradable aroma de la masa horneada inundó la casa en pocos instantes. Pero ___ simplemente colocó aquellas galletas en un bol de gran tamaño y siguió horneando más, no le parecían suficientes_

La peli___ no paró de hornear galletas hasta que el bol estuvo completamente lleno de estas y luego comenzó a hornear sus cupcakes, no eran pocos, pero tampoco eran tantos como aquella exagerada cantidad de galletitas de formas variadas. Recién había terminado de colocar las bandejas dentro del horno cuando el teléfono de la casa sonó, avisando de una llamada. Se apresuró a responder ya que era la única en casa y podía ser una llamada para sus padres, pero en realidad se trataba de sus propios progenitores. Los susodichos se preocuparon de que su hija no hubiese llegado aún a casa y decidieron llamar para confirmar. El hecho de que la peli___ respondiera les produjo un alivio extraordinario. ___ miró a través de la ventana, notando que había atardecido. Nunca en su vida algo le entretuvo tanto como hornear estando sola en casa, pensaría en hacerlo mucho más seguido. Tras la llamada de sus padres, ___ regresó a su cómodo sofá mientras veía la tele a la espera de que el horno avisase que su labor había terminado, pero no fue el aparato quien le hizo levantarse nuevamente, sino toques en la puerta. Se extrañó de ello y pensó que sus padres habían vuelto, pero acababan de llamar, ¿habían llegado tan rápido? ¿Quizás le marcaron a casa desde su móvil mientras regresaban? Con aquellas preguntas en su mente, ___ abrió la puerta, encontrando a un personaje inesperado tras ella: Un oso de felpa enorme. ¿Los osos de felpa pueden llamar a las puertas? ___ ladeó su cabeza sin entender que estaba pasando hasta que cierto pelinegro se expuso a su vista tras haber estado detrás del gran peluche.

-¿Ciel? ¿Qué haces aquí? _preguntó notoriamente confundida_

-Vengo a... Bueno... A disculparme por lo que pasó. Ya sé que debería disculparse mi prima, pero dudo que quieras verla y en cierto modo es mi responsabilidad...

-No, no tienes que disculparte... Soy consciente de que no es tu culpa. Además, yo fui quien se fue sin decir nada... Pero bueno ¿quieres pasar? No es muy cómodo hablar de pie en el umbral de una puerta. _dijo mientras se apartaba y le permitía el paso a su hogar. La odisea más grande a la que se enfrentó Ciel fue la de arrastrar aquel peluche dentro de la casa. Pesaba lo suyo, le había tomado casi una hora poder llevarlo hasta allí_ Espera, ¿eso también?

-Es como... Una compensación...

-No tenías que molestarte... _musitó, pero el pelinegro negó repetidas veces, dando a entender que no aceptaría una devolución de aquel regalo y ___ no tuvo de otra más que aceptarlo_

___ se tomó relativamente bien el asunto de la cita arruinada, todo lo contrario que él, que se estresaba de solo recordarlo. Se notaba muy bien que sabía como tranquilizarse cuando las cosas no salían bien. Aunque era notable que cada vez que se mencionaba el nombre de cierta rubia, ella se mantenía en silencio por unos instantes, notablemente incómoda. Para dejar el tema en el olvido, la peli___ tuvo una idea divertida: terminarían su fracaso de cita dentro de su casa, después de todo, no era algo raro de ver y el de hebras azabache no puso ninguna objeción en ello. Después de todo, no habría nadie más para molestar, ¿no es así?

How to punish an Aristocrat [Ciel Phantomhive x Fem!reader] ©RoseSanae55Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin