09: 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐪𝐮𝐢𝐥𝐚

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El movimiento de su cuerpo imitando mi pose provoca que fije mis ojos en él, quien lentamente hurgaba en su bolsillo trasero para revelar la cajetilla de cigarros entre sus dedos. Acomoda uno entre sus labios para prenderlo y yo no puedo sacar mi vista de ahí, el gesto era tan malditamente sencillo pero por alguna razón lucía extremadamente atractivo viniendo de él.

Cuando exhala una calada aún con el cigarro en su boca, da un vistazo de reojo y una sonrisa picarona se forma en su rostro. Salgo de mi trance y vuelvo a mirar al frente, sintiendo como la sangre sube a mis mejillas poco a poco cuando me pilla mirándole tan fijamente.

Me extiende el pitillo y lo tomo entre mis dedo índice y medio para imitar su acción, sintiendo como la nicotina llena mi interior para después exhalarla sin apuros. Joe vuelve a mirarme y sonríe poco a poco analizando mi rostro.

— Me gusta como luces esta noche. — habla de pronto. Frunzo mis cejas con una expresión burlona mientras le daba otra calada al cigarrillo y se lo extendía con cuidado.

— ¿Cómo luzco? — le pregunto sugerentemente. Mágicamente la timidez en mi había desaparecido gracias a la ronda de tequila y no podía sentirme más agradecida por eso.

— Hermosa. — responde. La respiración se atasca en mi garganta por la manera en que sus ojos brillaban bajo la luz de la luna, y por su cumplido lleno de intensidad que hace que mis piernas se sientan de gelatina. — Bueno... siempre te ves hermosa. — agrega con su acento británico haciéndose mas espeso, lo cual era música para mis oídos. Suelta las cenizas del cigarrillo en la orilla de la baranda y exhala el humo a la vez que esbozaba una sonrisa avergonzada.

— También me gusta como luces esta noche, Joe. — le correspondo en voz baja. Estábamos solos en el exterior, pero de alguna manera hablar en murmullos hacía la situación mucho más íntima. Me arrastro mas cerca de él apoyando el costado de mi cuerpo en la pared de la azotea analizando cada lugar en su piel. Su cabello corto con suaves rizos formándose en la parte posterior de su cabeza, el collar de plata cayendo suavemente en sus clavículas y la camisa blanca de botones rodeando exquisitamente su torso estaban volviéndome loca.

Saca su mirada del paisaje para observarme con una energía inaudita. Veo como su pecho comienza a subir y bajar pesadamente a la vez que apagaba el cigarrillo en la barandilla, girándose a mi encuentro en silencio.

Nos quedamos mirando el uno al otro por largos segundos antes que mi siguiente movimiento sea tomar su cuello entre mis manos e inclinarme ligeramente para entrelazar sus labios con los míos. La calidez de su boca eriza los vellos de mi nuca, sintiendo la electricidad recorrer cada punto de mi esquina dorsal. La manera en que contesta a mi beso me hace jadear suavemente encima de su boca, apreciando como sus suaves y tersas manos toman mi cintura tocando ligeramente la piel desnuda en el vestido, para estrecharme contra su pecho y profundizar su boca en la mía.

El viento nos rodea poniéndome la piel de gallina, pero el fuego en sus labios me reconforta, sin querer de alejarme de ella y poder pausar el tiempo en este exacto momento. La barba alrededor de su boca me genera sensaciones que no puedo explicar, solo pudiendo percibir como un remolino se genera en la boca de mi estómago, ansiando más de Joe.

Nuestros pulmones exigen aire al mismo tiempo, por lo tanto nos separamos tan solo unos milímetros esbozando tontas sonrisas en frente del otro.

— No sabes cuantas veces soñé con esto. — confiesa cerrando los ojos unos segundos con mucha serenidad inundándole el semblante. Mi corazón martilla contra mi pecho y muerdo mi labio inferior.

— ¿Lo soñaste? — pregunto tímidamente, aún sin abandonar mis brazos de su cuello ni él mi cintura. Suelta una risa ronca y asiente con la cabeza.

𝐑𝐎𝐂𝐊𝐒𝐓𝐀𝐑, 𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 | 𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐦𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧 & 𝐣𝐨𝐞 𝐪.Where stories live. Discover now