-¡Idiotas! ¡Casi me matan! -gritó exasperado.

-¡Chuya, lo siento! ¿Estás bien? -preguntó Dazai con gran preocupación.

-Solo... aléjate antes de que te suelte una patada -su mirada se volvió asesina.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

-Tu imprudencia va a causar que tenga que estar más tiempo en reposo, ¿en que estaban pensando?

-¿Yo? Yo solo quería hablar contigo. El estupido de tu hermano sobreprotector fue quien se metió en mi camino.

-Basta -chasqueó la lengua- ¿Qué ocurre? ¿Por qué de pronto quieres hablar?

-Pasa que -apretó con fuerza los puños-... ¡¿Quién los invitó?!

-¡Fui yo! ¡¿Tienes algún problema, animal?!

-¡¿Q-Qué?! ¡¿Por qué hiciste eso?!

-No tengo porque darte explicaciones. Vivo aquí también, ¿no? Acostúmbrate...

-Pedirme que me acostumbre... Deberías pensar las cosas antes de hablar -cruzó sus brazos y dijo con seriedad.

-¿Uh...?

-Como sea... No esperes que siquiera los reciba alegre. Hay veces en los que solo quiero sentarme a desayunar, solo... contigo... y nadie más, ¿entiendes?

-¿Qué dices?

-De modo que tu pequeño cerebro lo entienda...

-No te aproveches de que no puedo lastimarte -interrumpió.

-... No siempre estoy de humor para recibir tanta gente en mi casa... Es vergonzoso -susurró.

Chuya frunció el ceño tratando de entender las últimas palabras del castaño, palabras que no fueron capaces de llegar a sus oídos. Sin embargo, la expresión de Dazai fue suficiente para darse cuenta que no estaba familiarizado con ese tipo de sentimiento y de ambiente.

-Lo pensaré -respondió encogiéndose de hombros.

-¡¿Qué dices?! ¡No quiero que lo pienses, quiero que acates! -insistió.

Una carcajada se escapó de la boca del pelirrojo, pero inmediatamente cubrió sus labios. La reacción infantil de Dazai por alguna razón le había parecido divertida.

-¡¿De que te ríes?!

-Nada, recordé algo -aclaró su garganta-. Entonces, lo pensaré. Vete acostumbrando, por cualquier cosa.

-¡Chuya!

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

-Después de lo que ocurrió con Fyodor, no creo que sea buena idea que tengas que conservar ese viejo celular...

-¿Hah? ¿De qué hablas? No quiero deshacerme de el...

-Chuya, si no queremos volver a tener este tipo de conflictos debemos empezar erradicando la fuente. Me pregunto, ¿desde cuando mantenías conversación con él?

Sentado, el pelirrojo abrazó su celular. No porque realmente tuviera algo que esconder, simplemente no pretendía deshacerse de un objeto gracias a las acciones mal intencionadas del rival de Dazai.

Chuya frunció el ceño. Con la pregunta de Dazai, él también se había puesto a pensar. ¿Cómo fue que Dostoievsky dio con su número de celular? Seguramente lo había robado de algún registro público, no tenía duda de eso sabiendo que es un hacker profesional.

Fake Lover | Soukoku - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora