[~X~]

1 1 0
                                    

~Cabello de Nieve~

—¿Abuela? —Sus cabellos largos y ondulados jugaban entre las sábanas celestes como el cielo de mediodía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¿Abuela? —Sus cabellos largos y ondulados jugaban entre las sábanas celestes como el cielo de mediodía. El canela de sus ojos brillaba al observar la nieve que tanto destacaba a aquellas dos personitas que tanto amaba, cuestionando la diferencia de tonos.

—¿Qué ocurre? —Preguntó con una sonrisa, enamorándose una vez más de la brillosa curiosidad de su pequeña.

—Tu cabello es muy bonito. Es como la nieve y es muy suave... ¿Algún día tendré el cabello así de bonito como tú? —Su mirada brilló ante la inocencia.

—Tu cabello también es muy bonito, Zora. Es negro azabache como la noche, y tus ojitos brillosos le regalan estrellas.

—¿De verdad?

—De verdad. Ahora cierra los ojitos y sueña con las estrellas, que te espera un amanecer cálido como tu corazón.

—¿Y el abuelo?

—Vendrá en unos minutos a darte las buenas noches. —Un pequeño beso en la frente de labios arrugados, pero cálidos y hogareños, fueron acompañados de una breve sonrisa antes de que se retirara de la habitación.

Así como la mujer le había indicado, minutos más tarde, antes de caer dormida, sintió otro pequeño beso en la coronilla de su cabeza. Esta vez, provenía de labios más ásperos y de pequeñas interrupciones en la respiración, pero el amor se expresó claramente en pequeñas caricias en su cabello y el acomodar de sus sábanas, para no pasar frío.

Una breve sonrisa se reflejó en su rostro, para caer profundamente dormida luego de un largo día.



—¡Abuela! —Aquellos pequeños brazos rodearon a la mujer con cariño y alegría, siendo recibidos con aquel amor que sus mayores le habían regalado en ese entonces.

—¿Cuántos cumplís ya, Ceci?

—¡Siete voy a cumplir! —Exclamó con esa gran sonrisa que la caracterizaba. Su cabello castaño, así como el de su padre, brillaba bajo la luz del sol, compartiendo aquellos ojos canela con la mayor.

—¡Cariño! Llegó nuestra nieta favorita. —Mencionó de manera juguetona, observando a su marido.

—¡Estás igual a la abuela Zora, cuando tenía tu edad! —Expresó, recordando las fotos de pequeña de su mujer.

Observando el cuadro de su habitación, junto al espejo, notó.

—Llegó el tiempo que mi cabello sea igual que el tuyo, abuela...

HisJoriasWhere stories live. Discover now