[~VII~]

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Fiesta de XV

¿Qué hago acá? Yo no pertenezco en este lugar, no me divierto de esta forma.. mira las cosas que hago por vos, Lucas..

Estoy en una fiesta en este momento, estoy sentada en la mesa de Lucas, mi mejor amigo, que tiene el cumpleaños de 15 de su hermanita y no quería sentirse solo.. pero se las arregló bastante bien, a decir verdad. Capaz y tiene suerte de que un chico le llame la atención y se consiga un novio..

Decidí salir al patio para descansar mis pobres tímpanos y mi pobre cabeza del retumbe de los parlantes y el volumen bien alto, mañana iba a sufrir estas consecuencias.

Al momento de salir, el viento chocó contra mi rostro, desparramado mi cabello y secando mis ojos, sin mencionar la ráfaga fría que me hizo helarme hasta los huesos. Y yo ahí de vestido sin mangas..

-Ugh.. odio el frío.. - apenas solté eso y una chaqueta de cuero recayó sobre mis hombros. Miré y provenía de una de las primas de Lucas... para ser sincera, no recuerdo su nombre.

-Hola, Alma.
-Hola...
-Kira.
-Hola, Kira. - Lindo nombre.. con razón no lo recordaba, no es muy común. Sonreí. -Gracias por la chaqueta.. pero ¿vos no tenes frío?
-Nah, estoy bien. Yo tengo camisa y pantalón, a diferencia tuya- ríe levemente. Tiene una risa coqueta, siendo sincera.

Estuvimos sentadas en el banco del patio un rato, hablando de cosas triviales, hasta que volvimos a entrar cuando la fiesta cesó y nos sentamos en las mesas.
Abrieron la mesa dulce y la barra, y volvieron a la fiesta.

Esta vez, Kira me invitó a bailar con ella, debido a que mi mejor amigo me había dejado sola.

Nos divertimos, me sentí como si estuviéramos en nuestro propio mundo...

Hasta que comenzaron a notarme los hombres, cosa que temía si me relajaba demasiado.

-Hola, nena. ¿Te apetecería un chape?- pregunta un chico que, notable y fácilmente, tenía unos 3 años menos que yo.

-No, gracias...

-Dale, no te hagas la tímida..

-Ella dijo que no. -Kira estaba enojada. ¿Quién diría? Se ve tierna así.

-Uhh, no te enojes. El problema no es tuyo, es una situación entre esta bombona y yo.

Kira parecía a punto de explotar, hasta que me envió un perdón en sus ojos y dijo

-Si, el problema también es mío, esta "bombona" es mi novia, así que si no te importa dejar de acosarla... -dijo con una mirada de querer matarlo. Cosa que funcionó, lo pudo alejar y decidimos escapar al terreno de afuera del salón, no había nadie, la adrenalina corría por mis venas y mi sonrisa me delataba.

-Gracias.. por.. ya sabes.- no estaba acostumbrada a ser defendida, siempre me las tenía que arreglar por mi misma.. pero ella lo hizo, y de puro corazón. Sonreí, verdaderamente agradecida. Nos sentamos en el suelo, mirando las estrellas y sintiendo el estruendo de la música en las paredes en las que estábamos apoyadas.

Kira me miró seria, colocó su cabeza entre sus manos y sus codos en sus muslos, parecía frustrada o confundida.

-¿Me podes decir cómo podes ser tan sexy bailando y tan tierna a la vez? Me estoy volviendo loca.

A decir verdad, su declaración me sorprendió. Pero más me sorprendieron sus movimientos. Sólo tomó mi muñeca y me llevó a un rincón en la pared. Estábamos lejos de todos, donde nadie podría vernos, con cualquier otra persona el miedo me devoraria, pero no sucedió.

No con ella.

-Kira.. ¿qué pensas hacer?- me estaba poniendo MUY nerviosa el hecho de tenerla tan cerca de mi rostro, y que estuviera mirandome como si fuera la última hamburguesa en el mundo.

-Alma.. ¿me permitís?

Sólo me quedó asentir para recibir el beso más lleno de pasión y amor que podría tener en la vida. Fue tan suave y tan necesitado a la vez, no pude describirlo con muchas palabras, pero puedo jurar que sentí una chispa de amor provenir de este acto.

No fue la última vez que nos vimos, y no fue del todo mentira lo que le dijo al chico de ese día.

Al día siguiente, desperté en la casa de Lucas. Al principio, estaba completamente perdida de mi ubicación, pero luego mi mente se despejó, recordandome mi odiosa resaca y la noche anterior. Si bien no había llegado al punto de estar ebria, había bebido lo suficiente como para amanecer en tal estado.

Me levanté del colchón en el piso y fui donde los sillones en busca de mi cepillo de dientes.
Cruzando el pasillo y la sala de estar, me encontré a Kira durmiendo en el sillón. Se veía tan serena y tan cómoda que mi dolor de cabeza pareció desaparecer unos momentos.

Con sólo mirar ese cabello, esos suaves labios de los cuales fui afortunada de ser presa, esas mejillas tersas que, al mostrar una plena y hermosa sonrisa, dejaban ver unos profundos hoyuelos en los que te podrías perder.. y sus ojos... esos ojos con el pequeño brillo de emoción y curiosidad con los que ella cargaba..

Desearía probar esos labios otra vez.. Notará si sólo..?

-¿Alma?..

Mi corazón se detuvo en el momento que el silencio dejó de ser. Dios, podría haber muerto. Busqué la fuente del intento fallido de mi asesinato y me encontré a Lucas mirándome inquisitivo desde el otro lado del pasillo, estaba haciéndome señas de que vaya donde el, y eso hice.

Me indicó dónde estaban mis cosas y cuáles eran los planes de hoy. Yo, mientras cepillaba mis dientes, lo escuchaba atentamente. Hasta que su voz resonó de un lugar desconocido.

-¿Cómo amaneciste primito? -dijo, despeinando sus cabellos.

Para ser sincera, me perdí por completo en esos ojos café, tanto que no noté el momento en que me abrazó por la espalda y me dio un beso en mi nuca descubierta debido a mi recogido.

Lucas quedó boquiabierto.

Y yo, completamente sonrojada.

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