— Pero, su contrato terminará en una semana.

— Y eso, ¿qué? Deja de pensar tanto. No le afectaría, como le afectó lo de ayer en el gimnasio, cuando nos vio...

— ¿Qué pasó?... ¿Me perdí de algo? — pregunta Marco con curiosidad.

Carlos estaba a punto de delatarse, así que da una risita nerviosa e inventa una excusa.

— Nada, solo caminamos de la mano y Jorge no se lo tomó bien

— Ah... sí, eso fue... — asegura Sofía. Tenía que proteger a su amigo, no quería que tuviera problemas con su novio por su culpa, ya que Marco, aunque era agradable y juguetón, era muy celoso con Carlos y no compartiría ni un solo beso con una amiga.

— Mira Sofía. Si tanto te preocupa, déjalo como un juego, que no se entere mucho de cuanto sientes por él — le sugiere Marco.

— Quizás eso es lo que haces conmigo — Carlos mira con reproche a su novio.

— Correcto, mi dulce caramelo. Estoy contigo hasta que me compres mi Jaguar — ríe de manera pícara Marco.

Los amigos de Sofía comenzaron a bromear y se desviaron de lo que estaban hablando, pero mucho de lo que dijeron tenía sentido para ella y se encontraba ahora más calmada.

Al día siguiente, Sofía acudió a la oficina, donde todo seguía de manera normal, solo que para ella, el mundo cambió. Debía continuar con la línea de productos de los productos agrícolas, así que debía ponerse al tanto con Jorge de como trabajarían ese día.

Jorge ya se encontraba sentado en el escritorio, tan puntual como siempre, y con su característica seriedad, pero tenía una pequeña diferencia, sus ojos estaban más brillantes cuando la veía y eran más expresivos. Trabajaron tranquilamente durante todo el día y agradecía que en ningún momento insinuara su reencuentro.

Ya era la tarde y como siempre, Carlos acompaña a su amiga al gimnasio, pero sabía que él sobraba, pues sentía la mirada de Jorge cada tanto que los observaba discretamente.

— Bueno, mi querida novia — dice en voz alta para que Jorge pueda escuchar — tengo una cena con unos amigos, así que no te podré ver hoy, ni el fin de semana. Lamento dejarte completamente sola, viendo alguna maratón de series...

Sofía lo mira sorprendida, ya que la estaba dejando a solas con Jorge y estaba diciendo eso como si lo invitará a que se vean durante el fin de semana, así que le comienza a hacer muecas y le susurra al oído.

— ¡Estúpido! ¿Porque haces eso? Sabes que no me quiero quedar con Jorge a solas.

— La vez anterior lo manejaste muy bien, solo agradéceme y toma estas noches como terapias de relajación, estás muy neurótica. — le da un beso en la mejilla para despedirse

Sofía lo toma del brazo para que no se vaya, pero Carlos se suelta y le sonríe para marcharse rápidamente.

La rutina de ejercicios de Jorge no varió por la salida de Carlos, pero Sofía, aún no estaba lista para enfrentar a Jorge de esa manera y se mantenía atemorizada, así que espero unos minutos para no ser tan obvia, hasta poder ir por sus cosas a los camerinos y trataría de huir.

Jorge, cuando ve salir a Sofía del camerino, deja a un costado la pesa que estaba usando, toma su toalla para secarse el sudor, y se levanta para hablar.

— No sé cómo sentirme Sofía, con respecto a Carlos, si tenerle odio o lástima.

Sofía se detiene y lo mira con reproche.

— Eres un descarado por burlarte. Él es bueno, y deberías sentirte pésimo.

Jorge se le acerca.

— Deberías cortar esa relación, yo no soy el que sobra aquí, y no me gusta tener que hablarte a escondidas, no quiero ser por siempre tu secreto.

Mi único pecado, fue quererte.Where stories live. Discover now