Gusto peculiar

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Sinopsis: Mei descubre algo que a Red Son le gusta mucho de Qí Xiǎotiān.

Tags: Fluff, Confesión, Post-canon

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Mei observa muy seriamente a Red Son antes de echarse a reír al suelo, con las manos en su estómago. Red Son le da la espalda, molesto, avergonzado. Ella jamás debió descubrir eso y se sigue preguntando cómo lo hizo. Tiene ganas de destruir su celular con todas sus fuerzas o arrojarlo a un volcán, pero solo termina guardándolo en su bolsillo. Él jamás debió tomar esa foto.

—Hey, no te pongas así —Mei no ha parado de reír—. Tu secreto está a salvo conmigo.

—Lo dudo —responde, apretando los dientes.

Mei, en definitiva, no lo dejaría en paz, ni guardaría el secreto por mucho tiempo. De hecho, en su mente, ya busca una manera de decirle a Qí Xiǎotiān su más reciente descubrimiento sobre Red Son. Ríe de nuevo, imaginando la cara que pondría su amigo al enterarse. Les estaría haciendo un favor.

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Qí Xiǎotiān está entrenando en el puerto como de costumbre, cerca del barco de Sandy. Mei y Red Son lo acompañan, simplemente porque es natural para los tres estar juntos después de haber derrotado a Lady Bone Demon. Aunque Qí Xiǎotiān esté concentrado en entrenar, no se le escapan las cosas que pasan a su alrededor. No se le escapa el hecho de que Mei, de vez en cuando, mira a Red Son una sonrisa abierta y burlona. No se le escapa que Red Son, en cuanto ve la sonrisa de Mei, gruñe, se encoge de hombros y mira hacia otro lado, con las mejillas sonrojadas y sus orejas puntiagudas moviéndose ligeramente. Tampoco se le escapa el hecho de que Red Son evita, a toda costa, dirigirle la mirada o hablarle a él. Lo cual es raro. Muy raro. Especialmente cuando está entrenando, porque Red Son ama —a falta de mejor palabra— decirle las cosas que hace mal cuando sostiene el bastón, señalarle los puntos abiertos donde lo podrían atacar y herirlo gravemente, lo mucho que necesita meditar más y mejorar su equilibrio. Pero en todo el tiempo que han estado ahí, él entrenando, ellos sentados, quizá más de una hora, Red Son ha callado. Salvo, bueno, por los gruñidos o sonidos de molestia que suelta cuando Mei lo mira.

Piensa si sería buena idea descansar por un momento, soltar alguna excusa para hablar con Red Son a solas y preguntarle si algo ha pasado. O si algo pasa. Especialmente entre él y Mei. Prefiere no pensar en eso, porque es absurdo. Si algo pasara ya se lo habrían dicho, ¿no? Está seguro de ello.

—Hey, MK. —La voz de Mei lo saca de sus pensamientos. —Ahora que lo pienso, ¿tus brazos no están un poco más fuertes? —dice, haciendo una flexión y señalándola repetidas veces.

—¿En serio? —Qí Xiǎotiān se seca el sudor de la frente usando su playera y después imita a Mei. Flexiona su brazo derecho y lo observa, la manga de la playera le queda ajustada. Quizá Mei tiene razón. Después de todo, entrena casi todos los días y lo que principalmente usa son los brazos.

—Al menos yo sí lo noto. —Le da una rápida mirada a Red Son y sonríe, otra vez, mostrando sus dientes. —¿Tú qué opinas, Rojito?

—¿Por qué me preguntas a mí? —gruñe y se cruza de brazos. Tiene las mejillas rojas, al igual que la punta de sus orejas y por alguna razón, su cabello ha empezada a producir pequeños fuegos. No mira a Qí Xiǎotiān ni a Mei. —No lo sé.

—Ni lo sabrás si no miras, tonto —responde Mei.

Red Son se pone de pie y se marcha, echando humo. De manera literal. Qí Xiǎotiān puede ver el humo, en contraste con el azul del cielo, proveniente del cabello de Red Son. Mei se echa a reír y Qí Xiǎotiān está confundido, preocupado. No atina a hablar hasta que la figura de Red Son ha desaparecido detrás de enormes cajas de carga.

Glimpse of Love | SpicynoodlesWhere stories live. Discover now