Ejecución

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Y una vez que la tormenta termine, no recordarás cómo lo lograste, cómo sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa sí es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entró en ella."

Haruki Murakami.


Capítulo 1

Ejecución


En la Explanada de los Fundadores no había ningún alma. Luego del anuncio que hizo Alejandro Burgos sobre la ejecución del senador Martín Frarraga, la gente de la ciudad decidió no dejar sus casas aquel domingo. Esperaban que los rebeldes no los hicieran salir de sus hogares, para presenciar el espectáculo como con el rey Felipe VI. Afortunadamente no fueron requeridos.

Aun después de que Frarraga fuera nombrado por Burgos como Presidente de la Cámara de los Comunes, y con ello se convirtiera en el tercero al cargo con los rebeldes, existían personas en el país que seguían confiando en él, puesto que no podían creer que todo lo que este había profesado en favor de los ciudadanos, fuera una simple actuación.

Poco antes del anuncio de la ejecución, se corrió el rumor de que el profesor secretamente ayudaba a la gente, contradiciendo todo lo que representaba el nuevo régimen. Las personas se acercaban al catedrático para pedirle protección, a lo que este inmediatamente les ofrecía lo que necesitaban. Por eso cuando el monarca ilegitimo sacó el decreto notificando la sentencia de muerte del senador, todos confirmaron la veracidad de aquel rumor y ahora rezaban por él. Otro grande hombre sería ejecutado, dejando un gran vacío en la ciudad. Tuvieron más miedo que antes, ahora ya no existía en la metrópoli alguien que les pudiera ayudar, estaban completamente solos.

Antes de que Martín se dirigiera al Palacio de Baldovinos para ser apresado, llamó a Miguel Contreras y a Rose para darles indicaciones. Frarraga no les dijo nada sobre su presentimiento, pero les había ordenado que juntaran a toda la gente a la que él se había comprometido a brindarles protección, y las llevaran al Cuartel General.

Fue hasta unas horas atrás de que este grupo de personas partiera de la ciudad, cuando se enteraron de la sentencia de muerte que recaía sobre el senador. Este acontecimiento obligó a Miguel y a Rose a adelantar los planes y se fugaron de la capital, no sin salir sin complicaciones. Ahora ya estaban refugiados en el Cuartel General, esperando tristemente la noticia de la muerte de Frarraga.

Aunque el capitán Machado y Adrián Romero querían rescatarlo de su fatal destino, no podían, pues todavía no estaban listos para entrar en la ciudad. Esmeralda se había refugiado en su habitación desde que volvió de despedirse de su mejor amigo. Rose lloraba todo el tiempo y Anne se había encerrado también en su cuarto. Christopher y Alfonso llegaron muchas veces hasta la puerta de la joven reina para apoyarla, sin embargo ambos en el último momento se habían arrepentido y regresaban entre sus pasos. Sabían que quizás era mejor que la chica pasara sola su duelo.

Mientras más se acercaba la hora pactada para la muerte del senador, la ciudad quedaba desértica. Ninguno de los ciudadanos quería ser testigo de aquella tragedia.

A las seis y media de la tarde el prisionero fue sacado de su celda. Esposado en las manos y tobillos, lo hicieron caminar hasta el lugar en dónde se llevaría a cabo su ejecución. El exsenador iba escoltado por un par de guardias rebeldes. Al emprender su camino al paredón jamás se opuso, al contrario, caminó con decisión hacia su muerte.

La Corona: RevoluciónWhere stories live. Discover now