Mariposas

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Ella estaba enamorada. Sin embargo, a él solo le gustaban las chicas delgadas.

Así que una noche ella, se la paso vomitando.
Vomito, vomito, vomito como nunca en su vida.

Después de unas horas, miro el lavado y sonrió.
Había logrado su cometido: todas las mariposas de su estómago estaban fuera.

Ya no sentía nada por él.

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