«𝙰𝙳𝙽 +𝟷𝟾»

Ꮲꮋꮻꭼᏼꭼ Ꮇꮖꮮꮮ

— ¿Te ayudo?

— No mi vida, no te preocupes. Te llevo a tu casa y ya después veré lo que hago.

Leya llevó a su casa a Phoebe y le dejó en la puerta y volvió rápido a su trabajo para terminar el laburo antes de que alguien se enterara y le despidieran. Phoebe observó que la puerta de su casa estaba abierta y decidió entrar.

Y efectivamente su madre tenía razon, era un dia para recordar. Encontró algo que iba a cambiar su vida para siempre. Era el cuerpo de su madre colgado del techo y De su mano derecha colgaba una carta.

«12 de marzo de 2004, naciste tú, mi pequeña Phoebe Mill. Aunque desgraciadamente no de mí, sino más bien de una pequeña aventura de tu padre que tuvo hace 6 años. Cuando él se enteró de lo que hizo no pudo hacerse a la idea de haber echo semejante acto y para enmendar su error decidio que seas parte de nuestra familia. Sin embargo yo se lo perdoné y no me arrepiento en absoluto de considerarte mi hija, y tambien por el hecho de que hice algo peor, y fue el meterle en la cabeza que trabajar de camionero iba a ayudarnos con la casa y la familia . Desde que trabaja de eso, solo lo he visto 15 veces en diez años, apenas nos ve y ni siquiera viene a vuestros cumpleaños o en navidad. Sin tu padre no puedo, pensé que iba a ser fácil pero solo nos ha traído problemas y ha acabado separándonos. Phoebe si llegas a leer esto quiero que sepas que te he querido cómo a mi propia hija a pesar de todo y de hecho no importa si no tienes mi ADN porque eres mi hija, eres más fuerte de lo que crees y eso lo has sacado de tu padre. Siento mucho no poder asistir a tu graduación de fin de instituto cuando estés cerca de ir a la universidad, cuando tengas tú primer novio, cuando te cases, cuando tengas tú primer hijo. Solo te pido que seas fuerte y que cuando pienses que todo va mal, siempre va a haber una solución por muy difícil que lo parezca, nunca pierdas el norte reina, yo si embargo lo he perdido, lo he perdido todo porque soy débil y soy susceptible con mis emociones. Te quiero mucho hija mía, perdóname por no seguir adelante, no puedo hacerme a la idea de seguir si no están mis ambas partes de mi corazón, os quiero a todos no lo olvidéis en vuestra vida. Adiós.»

Phoebe experimentó por primera vez la muerte de un ser tan cercano, sólo tenía 6 años cuando vio esa horrible imagen del cadáver de su madre colgado del techo. No pudo ni llorar del shock que le produjo esa escena que presenciaba a detalle y el dolor que le daba el no poder leer bien la carta ya que no sabía apenas leer porque estaba aprendiendo. No comprendía lo que estaba sucediendo. Esa era la última escena de su infancia antes de comprender lo que era la vida y madurar desde tan pequeña. Tuvo que aprender a vivir con ello y madurar a ua edad muy temprana.

Creció en un ambiente difícil tras ese día, pues su única familia que le quedaba era su padre que tras la muerte de su esposa se volvió alcohólico, dejó el trabajo y regresó a uruguay para estar con Phoebe.. Ella no tuvo más remedio que trabajar desde pequeña, ganarse la vida vendiendo algunas de sus pertenencias, pero sabía que para sobrevivir tenía que hacerlo. Vendió su maquillaje y sus joyas y a pesar de que la vendió casi todas no llegaba ni a los 200$. Decidió vender las joyas y pertenencias de su madre y con eso pudo reunir el dinero suficiente para mudarse.

El padre veía como su hija salía sola de esa mierda de vida y solo se sentía culpable de no poder ayudar así que seguía bebiendo para calmar ese dolor. Phoebe ya estaba entrando en la adolescencia y ya contaba con varios trabajos con los que se pudo comprar ropa y comida. A los 12 reunió el dinero suficiente para irse del país así que convenció a su padre de mudarse a España y así fue.

En España hicieron una nueva vida, se mudaron a un piso ellos 2 solos, el padre a la mínima se puso a buscar trabajo y la hija fue al instituto. Al principio no fue como pensaba ya que llegaron a mitad de curso y pues el nivel era más avanzado y no valoran de dónde vengas o como de mal lo has pasado en tu vida, solo miran por tu coeficiente intelectual y esto le pasó factura.