— Tranquila, aún no me iré de vacaciones, así que podré seguir acompañándote.

— Pero tu abuelita te debe de estar esperando, aún faltan dos semanas para que haga esa prueba recuperativa y ya no tienes clases.

— Bueno, si quieres me voy — respondía Jorge dándose la vuelta, a lo que Sofía le agarra el brazo, mientras reía.

— No, quédate... pero solo te quedarás para hacerme tutorías

— Claro que no, seguiré trabajando, así le puedo llevar un regalo a mi abuela

— A si, por supuesto, "TU TRABAJO" — responde Sofía con tono pícaro.

Jorge al entender la broma le sigue el juego.

— Ah, pero ya las mujeres no pagan tan bien, estoy pensando seriamente en cambiar mi rubro y ser bailarina Darg Queen

— Eres un payaso — Estalla en risas Sofía.

La semana pasó rápido, y Sofía estaba asustada. Esta era su última oportunidad para pasar el año, y junto con ella, estaban sus amigos en la misma situación.

Al terminar su examen, salió del aula y esperaba en el patio, que estaban afuera, hasta la hora que entregarían los resultados. Su madre la llamaba constantemente para saber si tenía los resultados, pero en realidad, sabía que la llamaba por la preocupación que sería enfrentarse a su marido por el fracaso de su hija.

Cuando le llaman nuevamente al aula para ver su resultado, Jorge había llegado, pero no alcanzó a saludarla antes de que ingrese, así que espero afuera. Él estaba nervioso, sentía como si fueran sus propias calificaciones, tenía miedo de que Sofía reprobara y ya no fueran compañeros de clases el próximo año, puesto que era su única amiga.

— ¿Y?... ¿Cómo te fue? — pregunta Jorge cuando le ve salir del salón.

Sofía tenía un gesto triste y niega con la cabeza sin mirarlo.

Jorge también baja la cabeza y le da una palmada en el hombro para que sienta su apoyo.

Sofía vuelve a mirarlo y regalándole una amplia sonrisa

— Aprobé

Al escuchar eso, Jorge la abraza y levanta, mientras reía y daba saltos, mientras veía cómo Sofía reía a carcajadas.

Nuevamente, el móvil de Sofía comenzó a sonar, era su madre.

— Mamá, aprobé... sí... un 9... gracias mamá... si está aquí... okay

— ¿Qué te dijo? — pregunta Jorge cuando ella corta la llamada.

— Que te invita a almorzar en casa, para celebrar... y que te tiene una sorpresa.

Nuevamente, la alegría se apodera de ellos, ya sabían que tendrían unas merecidas vacaciones.

Cuando llegaron a la mansión de los Mydffai, las sirvientas los esperaban y les indican el comedor.

Al ver a Sofía llegar, la Señora Mydffai corre para abrazarla y decirle que estaba muy orgullosa de ella, luego saluda a Jorge y le invita a que tome asiento a la mesa.

Almuerzan exquisitos platillos y algunas cosas que Jorge no sabían lo que eran, pero tenían buen sabor. En lo particular, comer en una mansión con sirvientes y sin saber qué utensilio ocupar, mantenía a Jorge incómodo, así que veía cómo lo hacía la señora Mydffai y Sofía, para imitarlas.

— Bien muchachos, yo me voy al Club, terminen de comer y disfruten del postre — dice la señora Mydffai, toca la mano de Jorge y se acerca — Querido, como fue nuestro acuerdo, te dejé un cheque en la sala que utilizan para estudiar y un regalo, luego Sofía te explica lo que es.

Martina se levanta y se retira, dejando a los jóvenes en el comedor. Cuando nuevamente estaban solos, Jorge pregunta.

— ¿A qué se refería con eso?

— Termina de comer y te lo muestro — sonreía de manera picaresca Sofía.

Jorge estaba ansioso, así que al terminar sus postres, ambos se dirigen a la sala que le indicaron. Decorado con una cinta, estaban dos cajas, una grande y otra más pequeña.

Jorge estaba sorprendido y entusiasmado al ver el contenido de los empaques.

— ¿Es en serio?

Sofía sonríe y asiente.

Como si fuera Navidad Jorge abre la caja grande, adentro estaba su primer notebook y era solo suyo, luego mira la caja más pequeña, era un teléfono celular, así que lo enciende.

— Agregué mi número y bajé algunas aplicaciones, ahora me podrás llamar y te podré enviar mensajes... mira — Sofía ocupa su teléfono y envía un mensaje.

Al instante, Jorge siente sonar el celular por una notificación, lo abre y era una carita feliz que envió Sofía.

— Ahora ya no puedes escaparte de mí. Y lo mejor de todo, es que tanto el notebook y el teléfono, tienen internet ilimitado... lo agregamos a la cuenta de mi papá — Sofía volvía a reír de manera jocosa.

— Muchas gracias, realmente es un muy lindo gesto de su parte. De haberlo sabido, te habría dado clases comenzando el año, quizás me regalaban un automóvil — volvía a reír Jorge, muy feliz.

— No se te olvide el cheque, ya sabes rellénalo, el monto ya lo agrego mi madre.

Al día siguiente Sofía acompaña a Jorge a tomar el autobús que lo llevaría a Capilla, la localidad donde vivía con su abuela, aparte de su mochila con su ropa, llevaba un bolso con su nuevo notebook y otras cosas que Sofía enviaba como regalos para la abuela de Jorge.

— Bueno, este año fue muy interesante, te llamaré cuando llegue a mi casa.

— Sí, y además te dejé un regalo para ti en el bolso, pero ese solo lo puedes abrir para tu cumpleaños.

— Me siento mal, son muchos regalos.

— Bueno, tienes que aprovechar al tener una amiga con alto poder adquisitivo. Prométeme que lo abrirás en tu cumpleaños.

Jorge imita a Sofía con el saludo militar.

— A sus órdenes, Señor — se acerca y la abraza, frotando su espalda — Te voy a extrañar pequeña pilluela. Si algún día te sientes mal por algo que ocurra en tu casa, llámame a la hora que sea.

— Gracias, también te voy a extrañar payaso...

Sofía ve cómo Jorge sube al autobús y toma asiento al lado de una ventana, despidiéndose con la mano cuando se pone en marcha.

Mi único pecado, fue quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora