Capítulo 9: Sin él

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Dos semanas después de la visita de Alice se podía decir que me encontraba en proceso de rehabilitación. Era consciente del vacío que se encontraba en mi pecho, el sólo hecho de respirar me lo recordaba, sin embargo comprendía que ese dolor era pasajero y que tarde o temprano tendría que desaparecer. Había aprendido a soportar mi dolor, si es que se le puede decir así.

Esa mañana me encontraba sentada en mi cama con dos maletas a mi lado y unos boletos de avión sobre mis manos. Los miraba como si fuesen algo demasiado frágil. Una semana atrás había decidido realizar un viaje, alejarme de todo y de todos, no sólo de personas, sino de preocupaciones, remordimientos y principalmente de recuerdos.

Quería comenzar en otro lugar, una nueva vida en un sitio donde todas mis heridas pudiesen ir sanando con el tiempo.

La gente suele decir que un cambio de look es lo que uno debe hacerse después de una ruptura, sin embargo el cambio no radica en la apariencia, sino en el interior, justo el viaje que estaba pensando en realizar sabía que me ayudaría a cambiar en mi persona, a madurar y sobre todo, a comenzar a ver la vida de nuevo...sin tristeza.

Con un suspiro tomé las maletas y baje las escaleras deteniéndome en el umbral de la casa, no la vendería, la apreciaba demasiado como para querer deshacerme por completo de ella, después de todo...lo mejor de mi vida había sucedido aquí, aunque esa felicidad sólo hubiera durado muy poco.

-El taxi del aeropuerto ya está aquí Bella. -Anunció Carmen, ella viajaría conmigo junto con Eleazar. Eran la única familia que me quedaba y también lo era yo para ellos, así que se podría decir que nos complementábamos.

-Si gracias Carmen, aquí están sus dos boletos. –Dije entregándole los pasajes–. Yo tomaré el vuelo siguiente, debo ir a la empresa de... -Aclaré mi garganta impidiéndole a mi mente hondar en sus recuerdos-. A la empresa. Pero no se preocupen, junto con el boleto está la dirección de la nueva casa y las llaves para que vayan preparando todo, por favor. –Pedí esbozando una ligera sonrisa, últimamente este acto se me iba facilitando con la práctica.

-De acuerdo Bella, cuídate mucho. –Se despidió con un gran abrazo–. Suerte. –Me deseó mientras se subía al taxi junto con su esposo.

Tenía que ir a la empresa a firmarle un poder a Alice para que pudiera manejar las acciones en mi ausencia, si por mi fuera se las hubiera vendido pero ella no lo aceptó y yo no quería que algo por lo que tanto habían luchado quedara en manos de alguien externo a su familia.

Sólo entrarás y saldrás, eso será todo Bella, me decía a mí misma para armarme de valor. No había posibilidad de que lo viera, sólo tres horas más. Tres horas más era lo que me quedaba para permanecer en esta ciudad.

Llegué a la empresa y Alice ya me estaba esperando en la sala de juntas.

-¡Bella! –Me recibió con un abrazo, tan efusiva como siempre.

-Hola Alice. –Sonreí sin poderlo evitar ante su muestra de afecto.

-Bella, él es el Licenciado Vladimir. –Dijo señalando a un hombre de estatura mediana que se encontraba a su lado.

-Mucho gusto. –Saludé estrechando su mano.

-Encantado Señorita Swan.

-Anda firmemos esto, que no quiero que retrases tu vuelo por mi culpa. -Dijo Alice entregándome los papeles que tenía que firmar. Ella me había apoyado desde un inicio en este nuevo proyecto, decía que alejarme de la ciudad me ayudaría a encontrarme de nuevo a mí misma. Lo único que pedía a cambio era que no la alejara de mi vida.

Vuelve a amarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora