Capítulo 4. El rechazo

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BELLA POV

Agosto

Eran las 7 de la mañana cuando desperté, volteé hacia el otro lado de mi cama en el fondo tenía la esperanza de encontrarlo dormido y disfrutar de su rostro en calma como solía hacerlo antes. Sin embargo, el lugar se encontraba vacío, estiré mi mano sintiendo que aún se encontraba algo tibio, no tenía mucho de haberse ido.

Me senté en la cama mirando a mí alrededor, en busca de su ropa o alguna pista que me comprobara que había estado ahí cuando escuché la puerta del baño abrirse y de ahí salió el hombre que con solo mirarlo me quitaba la respiración, el dueño de mis lágrimas y aún de mi corazón.

Sólo traía la toalla puesta y su abdomen estaba al descubierto, era simplemente perfecto, su cabello estaba mojado y caía suavemente sobre sus hombros, era el hombre de mi vida, tan simple como eso.

Cuando nuestras miradas se cruzaron pude distinguir por un breve momento calidez en sus ojos, aunque rápidamente desvió la mirada.

-Estás despierta –Dijo sorprendido

-Sí, me despertó el hambre. –Dije un poco avergonzada aunque me sentía feliz, me sentía una estúpida a pesar de que anoche me había dejado plantada, pero con esa simple mirada y al verlo así tan perfecto se disipó toda huella de enojo hacia él. Miré el reloj corroborando la hora tan temprana que era. -¿A dónde vas tan temprano? –Pregunté curiosa.

-Este...tengo un desayuno a primera hora con un ingeniero. –Respondió con cierto nerviosismo en su voz.

Ok. –Respondí, restándole importancia. No quería iniciar una pelea tan temprano-. Te compre un regalo. –Dije feliz mientras me levantaba de la cama y le entregaba su traje.

-Este...Gracias. –Murmuró mirándolo con algo que pude distinguir como melancolía

Le respondí con una sonrisa, y baje a la cocina por una pieza de pan y un vaso de leche, cuando subí él ya estaba vestido, se veía como un dios...mi paraíso personal. El traje como bien había dicho, le quedó perfecto, resaltaba sus hermosos ojos, se iba a poner la corbata cuando me acerque a él, se quedó paralizado, como si le molestara mi presencia, ignore el gesto quitando sus manos de la corbata y empecé a hacerle el nudo.

-Te ves muy elegante...y guapo. –Dije mientras lo comía tiernamente con la mirada, cuando llegue a sus labios no me pude resistir y me alcé para besarlo, pero de la nada, cuando nuestros labios apenas se empezaban a rozar, se alejó de mí y se dirigió a la puerta. Me quede paralizada, me rechazó, en todo este tiempo nunca lo había hecho.

No voy a decir que nos besábamos apasionadamente porque no era así, hacia siglos desde la última vez que me había besado de esa forma, ahora sus besos eran fríos y cortos, pero al menos no me rechazaba, no como hoy...sentí cómo algo se partía dentro de mí.

-Edward...–Murmuré sintiendo cómo mis ojos se comenzaban a llenar de lágrimas. Estaba a un paso de salir de la habitación, pero cuando oyó su nombre, se paró en seco, pero no se giró hacia mí.

-Dime. -Contestó con voz seca.

-Tenemos que hablar. –Alcancé susurrar esas palabras, las cuales había estado evitando pronunciarlas desde hace meses. No quería decirlas en voz alta, porque sabía que cuando las expresara no habría vuelta atrás y quizá todo terminara.

Cuando volteó, mis lágrimas ya se derramaban de mis ojos. Pensé que su cara cambiaría al verme así, pero todo lo contrario, su semblante se hizo impenetrable, no podía saber lo que pasaba por su mente, lo único que sabía, era lo que pasaba por la mía, la cual me decía que había estado alargando mucho este momento...había estado eludiendo algo inevitable.

Vuelve a amarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora