Safe Again [Robin Arellano]

XV.

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Diciembre 20, 1977

Finney subió las escaleras encontrándose con el raptor dormido. Justo como dijo Griffin.

Se empezó a acercar lenta y cuidadosamente a la puerta que estaba detrás del raptor.

Lo paso, abrió una puerta y se encontró con el candado. Notó que tenía unas marcas de haber sido tirado. ¿Quizás por Sherlynn?

Empezó a probar las combinaciones lo más silencioso que pudo, así hasta que después de unos cuantos intentos lo logró.

Se apresuró a salir pero fue demasiado tarde, al abrir la puerta hizo un ruido que despertó al perro, el perro empezó a ladrar despertando al raptor.

Finney corría por la calle, temiendo por su vida, comenzó a gritar por ayuda al ver una camioneta negra que lo seguía.

La camioneta paró cerca de Finney casi atropellándolo, pero sólo logró que él chocara, aunque le arruinó el plan a Finney.

El raptor velozmente bajó de la camioneta y empezó a correr detrás de Finney.

Lo atrapó y le tapó la boca, pero era tarde, las luces se estaban encendiendo.

El raptor puso una navaja bastante familiar en el cuello de Finney.

¡Dices una sola palabra... y te destazaré justo en medio de la calle! Y te estrangularé con tus propios intestinos. —amenazó—

Durmió a Finney y lo llevó de nuevo al sótano. Genial, otra vez al inicio, suerte que estaba su hermano, si no, lo hubiera golpeado sin piedad, al igual que los otros.

Diciembre 21, 1977

Gwen despertaba de su sueño, bajo de la cama, abrió su casita de muñecas y empezó a reclamar a Jesús.

Jesús ¿Qué te pasa? No es broma ¡¿Qué te pasa?! Te pedí ayuda y me diste pistas que no significan nada —dijo enfadada— ¡¿Y ahora despierto sin haber soñado nada?! ¡¿En serio por qué no está funcionando?! Dejaste que el raptor se llevara a Finney, y no me vengas con que no te involucras; Por qué tú eres el culpable de mis sueños.

Tal ves ni si quiera eres real...

Diciembre 21, 1977

Es un imbécil. —dijo Finney antes de que el teléfono sonará— No... Ya no. —siguió sonando— ¡¿Y ahora quien...?!

Finney contestó el teléfono
¿Qué? —pregunto enfadado— ¿No dirás nada? ¿Tienes idea de quien eres? —preguntó fastidiado—

Que pregunta tan estúpida es esa. ¿Tú tienes idea de quién eres? —preguntaron por el teléfono—

Soy Finney Blake.
Me da gusto conocerte Finney Blake.

Justo ahí, ahí es.

¿Ahí que? —preguntó—

La horrible pesadilla que acabará con tu insignificante vida.