♡ | 04

673 66 14
                                    

     Habían pasado ya dos meses.
     Wooyoung ya se había acostumbrado, de cierta forma, a lo que estaba pasando. Nadie le había preguntado nada, había sido capaz de ocultar todo bastante bien. Estaba ya ansioso de que ese mes restante pasara rápido. Necesitaba saber lo que sentía realmente. Ya no quería seguir con la duda.

· · · · ♡ · · · ·

     Ese viernes iría a la casa de Yeosang junto con el resto de sus amigos cercanos y varias personas más de sus clases. Sería la fiesta del cumpleaños número dieciocho del anfitrión, que había pasado hace dos días.

     Iba ya en camino. Acordó con Yeosang llegar más temprano que la hora acordada para ayudarlo con la decoración y demás. Junto con él estaban ayudando también Seonghwa, Yunho y Mingi.
     Terminaron con todo, por suerte, sólo unos minutos antes de que comenzara a llegar el resto de los invitados. Entonces, la fiesta comenzó.

     Del grupo de amigos de Wooyoung, la mayoría se ponía a bailar, varios estaban con algún trago en mano de vez en cuando, y hablaban con varias personas.

     Ese no era el caso de Wooyoung. Se resistía a estar bailando por miedo a que pasaran a empujarlo, que se le cayeran los lentes y se le llegaran a romper. Tenía todavía un mes en el que podría darse la libertad de no usarlos, pero crear esos lentes duraba dos meses. Además estaba su costo, el que no quería hacer a sus padres pagar sólo por un pequeño descuido.
     Algo semejante pasaba con tomar alcohol. No quería llegar a tomar demasiado por la posibilidad de terminar haciendo algo estúpido con San. Sabía que era probable si tomaba más de la cuenta. Se limitaba a sólo hablar de repente con algunas personas.

     En un momento, ya varias horas después de iniciada la fiesta, decidió ir al balcón de la casa. El volumen de la música le estaba provocando un ligero dolor de cabeza, y además quería tomar un poco de aire fresco y descansar del olor a alcohol y adolescentes que se había instalado en el lugar principal de la fiesta.

     —¡Woo! —escuchó una voz alegre pocos segundos después de abrir la puerta del balcón.

     Se paralizó por unos segundos al ver quién era.

     —San...—Intentó mostrar una sonrisa—. ¿Qué haces aquí?

     —Oh, mucha gente, mucho ruido, todo eso, quería respirar, ¿sabes?... ¡Ven! —dijo señalando una parte de la baranda que quedaba a su lado.

     San estaba ebrio, se notaba en su forma de hablar. Aunque no lo estaba tanto. Era todavía capaz de recordar al otro día esa fiesta.

     Wooyoung, algo dudoso, fue al lado de San. Rápidamente notó su ritmo cardíaco acelerarse.

     —¿Cómo estás? ¿Cómo la has estado pasando? —preguntó el mayor, con su sonrisa intacta.

     Sonrisa en la que se fijó Wooyoung. San tenía una sonrisa tan hermosa. Lo malo es que para sonreír se usan los labios, y el menor también se fijó en estos, claro. Las ganas de besarlo habían aparecido de nuevo, pero lo intentó ignorar lo más que pudo.

     —Oh, bien, sí...

     —¿Qué has estado haciendo? No te he visto mucho hoy. Pensé que podrías estar bailando, pero ni ahí estabas... Ya te estaba extrañando —el mayor hizo un pequeño puchero con lo último.

     De nuevo, sus labios. Llegaba a desconcentrarse de lo que estaban hablando.

     No. No podía.

     —Bueno, hay varias personas... Quizás sólo no me encontraste...

     —Quizás, sí... ¡Pero ahora estás aquí! Me alegra mucho tenerte aquí, ¿sabes?

     Wooyoung sintió su corazón acelerarse aún más gracias a esas palabras. Hizo lo posible para aguantar suspirar. Intentó sacar una sonrisa. No sabía bien cómo contestar verbalmente.

     —Woo —dijo San luego de unos pocos segundos de silencio.

     —¿Sí?

     —¿Puedo besarte?

     Se congeló.

     No podía creer lo que acababa de escuchar. Tampoco quería. No podía estar pasándole eso, a él, en ese momento.
     No sabía cómo responder. Por una parte, besar a San se había vuelto su sueño desde hace dos meses, pero sabía que era un deseo falso. No podía decir que sí por ningún motivo.

     Aunque ya era muy tarde para responder con lo que sea cuando, sin darse cuenta del momento en el que pasó, ambos de sus labios ya estaban unidos.
Al comprender lo que ocurría, seguía sin saber qué hacer. Eso hasta que algo dentro de él le hizo simplemente corresponder al beso.

     Finalmente, lo estaba besando. Lo que había estado deseando casi todos los días desde que lo miró a los ojos, estaba ocurriendo. Al fin sabía ahora cómo se sentía.
     Era increíble. Un sentimiento suave, cálido. No sabía cuánta experiencia tenía San con todo eso, pero de que besaba bien, realmente lo hacía.

     Wooyoung tomó el rostro de San con una de sus manos, sin pensarlo mucho. Al mismo tiempo, con su otra mano, tomó un lado de la cintura del contrario, y lo atrajo más hacia él. San comenzó a poner ambos de sus brazos también sobre la cintura de Wooyoung. Ambos inconscientemente llevaban al otro más hacia sí, a medida que la intensidad del beso aumentaba. Lo hacían casi como si fuese una necesidad, como si sintieran que de no hacerlo, el otro se escaparía.
     El corazón de Wooyoung estaba que se le salía del pecho en ese momento. Sentía algo muy extraño y muy fuerte en su estómago. No quería parar. Quería acercar a San aún más. Quería que no quedase ni un milímetro de distancia entre ambos.

     Pero luego lo pensó mejor.

     Todo era falso. El beso definitivamente le estaba gustando, pero era un engaño para ambos. No sabía si realmente le gustaba San, y a este le estaba plantando una falsa ilusión siguiéndole el juego de tal forma.

     Se separó un poco de San. La respiración de ambos estaba agitada.

     —... No puedo...—dijo Wooyoung—. Lo siento mucho, San, de verdad...

     Luego de decir esas palabras, el menor no supo qué más hacer además de correr al baño más cercano.

     Cerró la puerta con pestillo una vez estaba dentro, por si acaso. Se sacó sus lentes y los dejó sobre el lavamanos. Luego mojó su cara varias veces intentando calmarse. Lo único que pasaba por su mente era un sentimiento de culpa, y las ganas de volver a besar a San. Era algo abrumador, casi insoportable.

     Ese mes sería el más largo de los tres, ya lo sentía.


———————— ✿ ————————

intenso.

eye contact | woosanWhere stories live. Discover now