Siete

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Al principio, Nefer se sentía apresada entre ambos hombres. Sentía como las raíces de su pasado se trenzaban con los brotes de su presente, mezclando sus rostros con los de otros que antes habían atormentado su cabeza por años. Pero, luego de saltar por la ventana aferrada a la mano del joven de cabello ensortijado mientras Everest lanzaba hechizos de humo detrás de ella, su perspectiva cambió ligeramente. Ella y Everest siguieron al joven por los campos fértiles y de extravagantes flores, recorriendo largos pasillos de arbustos mientras la tormenta azotaba las puertas del castillo. Al observar la entrada, un ligero miedo recorrió a los mayores, Pero Naveen no parecía querer detenerse, incluso corría más rápido. Detrás, los guardias reales los perseguían con sus lanzas y espadas amenazando con atravesar sus costillas, pero no parecía nada a comparación de la gran nube negra que se alzaba sobre sus cabezas y cubría el palacio real-niño! ¡No podemos abrir las puertas!- Everest grito desesperado mientras observaba al optimista muchacho- claro que podemos señor Palace!- exclamó con seguridad. se adelantó unos pasos y elevo su mano apuntando a la puerta, mientras sus compañeros seguían corriendo.-¡sursum! - grito demandante. las altas rejas se abrieron de par en par rechinando y golpeando estruendosamente la piedra, dejando un rastro de polvo y a un mago bastante sorprendido. Pero no era tiempo de admirar aquel suceso, especialmente cuando las flechas comenzaron a zumbar sobre sus cabezas. Los tres corrieron hacia el bosque, que parecía más frío y hostil que antes. El viento se arremolinaba sobre la copa de los árboles y había una extraña humedad que hacía difícil la huída, parecía que la tierra quería repelerlos de allí. Los soldados se dieron por vencidos rápidamente, la lluvia no se hizo esperar y sobre ellos una fina llovizna comenzó a caer. Naveen se detuvo y se apoyó contra el árbol más cercano suspirando aliviado, bajo la mirada atenta de Everest que parecía esperar una respuesta mientras revisaba a su amigo peludo.- Que clase de truco has hecho, joven- preguntó exaltado el mago acercándose a él, recibiendo una amplia sonrisa que expresaba su orgullo. Nefer aprovechó la distracción y desenvainó su espada, apuntando a ambos hombres que la observaron con extrañeza- Si quieren seguir con sus cabezas bien puestas, empiecen a hablar. No pienso participar en esto sin saber al menos los nombres de los que me acompañan, si son leales o no. - Su voz se hizo más fría y su mano no temblaba. Ambos sabían que no dudaría en cortarles la cabeza y el joven la miró con admiración, más el mago sintió el peligro que emanaba la emperatriz y se interpuso en su camino haciendo una reverencia.- Como dije antes, mi nombre es Everest Palace. Soy el último mago del reino Oeste, y puedo apostar lo que quiera por mi legítima lealtad- Afirmó con seriedad y el rostro tensado.

KATAGIDATempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang